Se trata por lo general, de chicos sin proyectos ni posibilidades de completar sus estudios, que carecen de control familiar y de apoyo estatal. Esto los lleva a habitar las calles como si se tratara de su propio hogar y a entrar en el delito a edades cada vez más tempranas. Estas características presentan los niños y jóvenes relevados por la Unidad Regional I de Policía, dependencia que realizó un análisis de las detenciones a menores de edad, durante 334 días del año 2006 en la ciudad de Santa Fe.

Según cifras difundidas por la División Análisis Criminal perteneciente a esa Unidad Regional, la policía detuvo, desde el 1º de enero hasta el 30 de noviembre del año pasado, a 4.277 menores de edad que van desde los 6 a los 17 años.

Los números evidencian la creciente gravedad del tema, sobre todo si se tiene en cuenta que a nivel nacional, muchos chicos son encerrados por cuestiones asistenciales vinculadas a la pobreza y al maltrato.

Unos 20 mil niños, niñas y adolescentes están privados de libertad en institutos de menores de todo el país, a pesar de que el 85 por ciento no cometió ningún delito.

El relevo, coordinado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación con la colaboración de Unicef Argentina, se hizo a través de los estados provinciales que reportaron la cantidad total de menores de 18 años registrados en instituciones públicas, privadas y confesionales.

De acuerdo con estos datos, en Argentina hay 19.579 niños, niñas y adolescentes privados de la libertad, de los cuales el 84,8 por ciento se encuentra bajo una medida judicial por causas asistenciales, que la mayoría de las veces tienen como origen una situación de carencia socioeconómica.

En la capital santafesina, “de la cifra total de menores detenidos durante 2006 –4.277– el 27 por ciento corresponde a menores en conflicto con la ley penal (de esa cifra sólo el 15 por ciento es reincidente), pero la gran mayoría –73 por ciento– son chicos hallados en la calle, vagando sin control alguno”, explica la autoridad policial.

Entre los primeros, un 46 por ciento está relacionado con delitos graves, tales como homicidios, donde pueden ser autores, partícipes o encubridores, asaltos a mano armada y lesiones graves y gravísimas; y el 54 por ciento se han visto involucrados en delitos de carácter leve, como hurto, daño o lesiones leves.