Los cambios neuroquímicos que subyacen a las emociones humanas y al comportamiento social son desconocidos en gran medida. Sin embargo, por primera vez en humanos, científicos de la Universidad de California en Berkeley (UCLA) han determinado que la liberación de un péptido específico, un neurotransmisor conocido como hipocretina, aumenta considerablemente cuando los individuos se sienten felices, y disminuye cuando estos están tristes. 

El hallazgo sugiere que el aumento de hipocretina podría elevar los estados de ánimo y de alerta en el ser humano, y sienta las bases para posibles tratamientos futuros contra trastornos psiquiátricos como la depresión, al permitir paliar anomalías en la química cerebral. 

Además, en el estudio se midió también por primera vez la segregación de otro péptido, la hormona concentradora de melanina o MCH, y se constató que dicha segregación era mínima durante la vigilia pero que aumentaba considerablemente durante el sueño, informa la UCLA. 

Esto sugiere que este péptido jugaría un papel clave en el sueño de los seres. Los resultados de la presente investigación han aparecido publicados en la revista ‘Nature Communications’. 

Sobre ellos, Jerome Siegel, autor principal del estudio y director del Center for Sleep Research del Semel Institute for Neuroscience and Human Behavior de la UCLA señala que “explican la somnolencia propia de la narcolepsia, así como la depresión que frecuentemente acompaña a este trastorno. Los resultados también sugieren que la deficiencia de hipocretina podría subyacer a la depresión, entre otras causas." 

El equipo de Siegel ya publicó los resultados de otra investigación que demostró que las personas que sufren narcolepsia, un trastorno neurológico caracterizado por períodos incontrolables de sueño profundo, presentan un 95% menos células nerviosas de hipocretina en el cerebro que aquellas que no padecen esta enfermedad. Aquel estudio fue el primero en constatar una posible causa biológica para este trastorno. 

Dado que la depresión está fuertemente asociada a la narcolepsia, el laboratorio de Siegel comenzó a explorar la hipocretina y su posible relación con la depresión. 

En este nuevo estudio, los investigadores obtuvieron datos sobre la hipocretina y la MCH directamente de los cerebros de ocho pacientes que estaban siendo tratados de epilepsia intratable en el Ronald Reagan UCLA Medical Center. 

Debido a su enfermedad, a estos pacientes se les habían implantado electrodos a profundidad intracraneal. Los investigadores, con el consentimiento de los pacientes, aprovecharon esta situación para su investigación. Para medir la liberación de hipocretina y de MCH utilizaron una membrana de diálisis y un procedimiento de radioinmunoensayo muy sensible.

Los pacientes fueron grabados mientras veían la televisión, interactuaban socialmente (con médicos, personal de enfermería o su familia); mientras comían o eran sometidos a procedimientos médicos diversos; así como durante una experiencia de transición del sueño a la vigilia. 

Además, se tomaron notas de sus actividades cada 15 minutos, en sincronía con una recogida de muestras de microdiálisis cada cuarto de hora, realizada por un investigador en las habitaciones de los pacientes. 

Por último, los sujetos evaluaron su estado de ánimo y sus actitudes a través de un cuestionario que se les proporcionó cada hora durante su vigilia. 

De este modo, los científicos descubrieron que los niveles de hipocretina no estaban vinculados a la excitación en general, pero que sí se maximizaban cuando los pacientes sentían emociones positivas o ira; así como mediante las interacciones sociales o al despertar del sueño. Como contraste, los niveles de MCH fueron máximos durante el inicio del sueño y mínimos durante las interacciones sociales. 

Fuente: Tendencias 21