Pasajeros de Aerolíneas Argentinas destrozaron ayer una sala de embarque del aeropuerto de Roma, enardecidos tras enterarse de que su vuelo había sido cancelado y que demorarían al menos medio día más para volver al país.
Al parecer, la bronca estaba alimentada por un rumor que señalaba que la nave se había usado para el regreso de la presidenta al país (luego de participar en la cumbre de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas), cuyo avión habría sufrido una avería. Esta información fue luego desmentida por fuentes oficiales. De hecho, la empresa sostuvo que la nave cuyo vuelo fue cancelado tenía problemas técnicos.
El problema se generó cuando los pasajeros iba a abordar el vuelo 1141 de Aerolíneas Argentinas, que iba a salir a las 20 (hora italiana) para llegar a las 6 de la madrugada a Buenos Aires. Entonces la empresa informó que el vuelo se cancelaba. Eso implicaba esperar tres horas para subirse a otra nave que los dejaría en la Argentina recién a las 18.
Los inconvenientes ocurridos en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma, fueron de tal magnitud que obligaron a la intervención de la policía aeroportuaria, a cargo de la seguridad. Es que los pasajeros llegaron a estrellar objetos contra las ventanas, rompieron mostradores e incluso tomaron el micrófono a través del cual se anuncian los embarques para cantar contra la compañía.


