Este martes, el padre del guitarrista de Raras Bestias habló en exclusiva con De 12 a 14 (El Tres). El domingo por la noche, vio cómo su hijo se salvó de milagro de la descarga eléctrica que terminó matando a Adrián Rodríguez, el bajista de la banda que estaba tocando en el Café de la Flor. Afirmó que “las luces nunca bajaron su intensidad”, por lo que supone que “la electricidad venía de otro lado”. Y confesó que escuchó decir a inspectores que el local “no resistía una inspección ocular de 5 minutos”.

Daniel Doffo fue a ver el show de Raras Bestias el domingo por al noche y se llevó una experiencia que nunca olvidará: “Las imágenes no me las puedo sacar de la cabeza, fueron dantescas”, dijo.

“Mi hijo toma el micrófono, la cara se le empieza a desfigurar, tenía los ojos perdidos hacia arriba”, describió Daniel. Luego narró que “el cantante lo alcanza a empujar” y de esa manera salvó su vida.

“Yo clavé la mirada en Gonzalo (su hijo), de eso es lo único que me acuerdo; Adrián (Rodríguez) que estaba atrás se cae, se desvanece”, señaló luego sobre el momento exacto en que el bajista recibió la descarga mortal.

Daniel dijo que en los minutos sigueintes se concentró en la salud de su hijo: “Gonzalo estaba ensangrentado, se golpeó la cabeza cuando se cayó; gracias a Dios no perdió el conocimiento y no le quedaron secuelas”.

El padre de uno de los músicos de Raras Bestias confió que no vio “una explosión”, pero recordó que “algunos notaron un chispazo”.

Daniel destacó como dato importante que “las luces nunca bajaron la intensidad, nunca se apagaron”. Por eso dedujo que “el dispositivo para cortar la electricidad evidentemente no funcionaba”. Y sentenció: “Para mí no quedan dudas de que la energía que iba al escenario venía del otro lado”.

“Había gente que interpretó que los chicos estaban actuando, porque las luces nunca bajaron la intesidad”, graficó.

Doffo cree que el disyuntor, que tendría que haber cortado la energía en el momento de la fuga, estaba puenteado. “La descarga que recibió, si había un disyuntor funcionando, tendría que haber cortado”, estableció.

“Había como 15 personas trabajando, entre peritos, electricistas, inspectores”, rememoró Daniel respecto de la escena después del incidente. “Escuché una frase bien clarita; alguien dijo «este lugar no resiste una inspección ocular de 5 minutos», concluyó.