El conservador Partido Popular (PP) logró un claro triunfo en las elecciones regionales gallegas y se aseguró la vuelta al poder de la mano de Alberto Núñez Feijóo, luego de un período de gestión en manos del socialista Emilio Pérez Touriño que buscaba su reelección.

Escrutados el 96,96% de los votos, el PP alcanzó la mayoría absoluta de 39 escaños frente a los 24 con los que se queda el Partido Socialista de Galicia (PSdeG) y los 12 del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), su aliado en el gobierno.

Con este resultado y la buena elección realizada en el País Vasco -en donde con los 13 escaños logrados puede llegar a formar gobierno con los socialistas y desbancar a los nacionalistas del poder- el presidente del PP, Mariano Rajoy, fortalece su liderazgo con vista a las próximas elecciones nacionales.

Por el contrario, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, sufre una de sus primeras derrotas después de haber ido incrementado sus resultados electorales en prácticamente los últimos nueve años. No obstante, la pérdida de Galicia también se compensa, en parte, con el buen resultado cosechado por el PSE en el País Vasco, que al sumar seis escaños a los 18 que registró en las elecciones de 2005, puede llegar a gobernar y convertir a Patxi López en el primer socialista que gobierne esa región.

Lo cierto es que tanto los comicios gallegos como los vascos se presentaron, en buena medida, como una batalla entre Rajoy y Zapatero por lo que ambos se estaban jugando en las dos elecciones.