Argentina pondrá a prueba este miércoles la capacidad de reacción de un combinado español que viaja a la deriva después de sus recientes fracasos y que afronta el duelo con Luis Aragonés convertido en dueño de casi todas las críticas.

En el peor momento posible, con España inmersa en una crisis de grandes proporciones, como no se recordaba desde hace mucho tiempo, este amistoso se ha convertido en una nueva reválida para el seleccionador nacional y sus jugadores.

Con dos derrotas en su haber después de tres jornadas de la fase de clasificación de la Eurocopa de 2008, España vive días de zozobra. El equipo no funciona, no transmite ilusión, su fútbol aburre, los resultados son decepcionantes y Luis Aragonés, un hombre de carácter, parece incapaz de enderezar el rumbo de una nave que se hunde. El entrenador madrileño afirmó públicamente que tiene fuerzas de sobra para darle la vuelta a la situación y que no está dispuesto a abandonar el barco.

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, aseguró que, pase lo que pase, Aragonés no será destituido. Los aficionados, mientras tanto, manifiestan su descontento a través de numerosas encuestas publicadas por los medios de comunicación, que apuestan casi al unísono por un relevo en el puesto de seleccionador y resaltan la responsabilidad de Villar, según consigna el diario deportivo Marca.

Como nunca ha ocurrido semejante situación, la selección de Aragonés se ha conjurado para demostrar que tiene la calidad que se le suponía cuando, después de golear a Ucrania en su debut en el Mundial de Alemania, la euforia se apoderó de los aficionados españoles y soñaron con hacer algo grande en una Copa del Mundo.

Una victoria ante Argentina le serviría para acercarse a ese objetivo. Una derrota, sin embargo, dejaría al borde del KO. a la selección española y, sobre todo, a Aragonés. El seleccionador español puede aprovechar este partido para repartir minutos de juego entre los futbolistas que no fueron titulares en Suecia, pero la importancia del envite y la calidad del rival no aconseja demasiados experimentos.