Se espera que el próximo viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS) haga público el informe con las recomendaciones obtenidas del encuentro de los Expertos sobre Inmunización (SAGE, en sus siglas en inglés), cuya principal decisión será sobre la nueva vacuna contra la malaria, denominada Mosquirix, que fue desarrollada por la farmacéutica GlaxoSimithKline (GSK) en colaboración con la ONG PATH, y varios centros de investigación africanos.
Para ello, el SAGE analizará dos informes de científicos que han evaluado si la primera vacuna que se ha probado efectiva contra el paludismo puede ser realmente aprobada y comercializada.
El problema es que en los estudios clínicos realizados en siete países africanos se comprobó que la vacuna ofrece "protección modesta" contra la malaria en el primer año tras su administración.
Margaret Chan, directora general de la OMS, no quiso hoy comentar en una rueda de prensa ni los resultados clínicos ni la posible decisión del SAGE y se limitó a decir que hay que tener en cuenta muchos aspectos antes de dar una opinión favorable.
"Tenemos que equilibrar el costo y su efectividad, las consecuencias en los calendarios de inmunización, el efecto en los sistemas de salud, son muchos temas a tener en cuenta", subrayó la funcionaria.
Asimismo, afirmó que la introducción de la vacuna no debe socavar el resto de programas en la lucha contra el paludismo, como la distribución de mosquiteras impregnadas de insecticida, tratamientos combinados y test de diagnóstico.
Se espera que la OMS emita un veredicto positivo, a partir del cual comienza un largo proceso para que los países afectados regulen el uso y administración de la vacuna, lo que implica que no se podrá administrar antes de 2017.