La incidencia de mujeres embarazadas con Chagas que transmiten la infección a sus bebés llega hasta el 7%. Es por esto que científicos trabajan en la posibilidad de cuantificar las manifestaciones morfológicas de la renovación de la membrana celular que recubre al embrión, a partir del análisis de placentas de embarazadas chagásicas que hubieran o no transmitido el Mal de Chagas al recién nacido.

Especialistas del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud Humana trabajan en el análisis de placentas para verificar el estado de renovación, también denominado de apoptosis, del trofoblasto en placentas de embarazadas chagásicas, con y sin transmisión congénita. Lo hacen mediante la detección inmunohistoquímica de las moléculas que participan en esos procesos.

El trofoblasto es una capa de células situada en la superficie externa del embrión. Su función es fijar el embrión a la pared uterina y nutrirlo durante el embarazo. No existen estudios que analicen el proceso de renovación del trofoblasto en la explicación de algunos signos clínicos observados en la transmisión congénita de la enfermedad de Chagas.

Según indicaron los científicos, los resultados que obtendrá el proyecto permitirán abrir puertas en el conocimiento de mecanismos no analizados sobre posibles alteraciones en la renovación del trofoblasto y su implicancia en la fisiopatogenia de algunos signos clínicos descriptos en la enfermedad del Chagas congénito.

Los objetivos del proyecto apuntan al estudio de la placenta como un método de análisis del proceso de infección materno-fetal. Se espera aportar información a la comunidad médica científica para que, a partir de ella, surjan otras que lleven a un mejor manejo de la enfermedad.

Los científicos sostienen que ciertas manifestaciones clínicas del Chagas congénito tendrían relación con la alteración del proceso de renovación del trofoblasto. Estiman que se modificarían una o varias de las etapas del trofoblasto, como la proliferación y fusión del citotrofoblasto para formar sinciciotrofoblasto o el aumento del desprendimiento del sinciciotrofoblasto, lo cual daría mayor probabilidad de prematurez y/o la aparición de sintomatología propia de la enfermedad en el recién nacido con transmisión.

Cabe explicar que el trofoblasto es un conjunto de células que comprenden el trofoblasto extravellositario (EVT), localizado en contacto con la decidua parietal, que promueve la circulación de la sangre materna; el citotrofoblasto (CTB) ubicado en las vellosidades coriónicas se localiza específicamente dentro de la membrana basal, junto con el sinciciotrofoblasto, y es una célula interna que no contacta con la sangre materna. El CTB tiene como principal función la de regenerar continuamente al sinciciotrofoblasto. A su vez, es considerado una célula madre, ya que da origen al citotrofoblasto extravellositario y al sinciciotrofoblasto.

El trofoblasto es la primera barrera fetal placentaria que está en contacto con la sangre materna y su indemnidad es fundamental para el desarrollo fetal. Sus alteraciones pueden afectar al niño en su desarrollo postnatal, en su propensión de patologías tales como la hipertensión y la diabetes, entre otras.

Fuente: Universidad Nacional de La Rioja