El gobierno de Evo Morales propuso hoy un diálogo sin mediadores a los gobernadores autonomistas de Bolivia, tras insistir en que la Iglesia no es imparcial y conocer que la OEA, por ahora, da por terminado su intento de acercar a las partes.
El vicepresidente Álvaro García Linera dijo hoy, a las afueras de la sede del gobierno, que es necesario reflexionar sobre la posibilidad de que "no se necesiten mediadores" y "quizás sea más fructífero nuevamente un encuentro directo, cara a cara, entre las autoridades políticas" para resolver la crisis del país. Insistió en que el gobierno y los prefectos (gobernadores) deben trabajar en conjunto para analizar esas "distintas opciones" con el propósito de "garantizar la unidad del pueblo".
El gobierno rechazó la mediación de la Iglesia Católica en la crisis después de que el cardenal Julio Terrazas, máxima autoridad eclesial en Bolivia, validara el domingo con su voto la consulta autonomista de Santa Cruz, que Morales tacha de "ilegal" y "secesionista".
En esa consulta, la población cruceña aprobó mayoritariamente un estatuto autonómico para su región, con un porcentaje que hoy se situó en un 86 por ciento, a falta de computar un cuarto de los votos emitidos el pasado domingo. El vicepresidente subrayó que la mediación de Terrazas, que ahora sí reclaman los líderes cruceños, ya no es posible porque, a su juicio, al participar en la consulta quebró su "imparcialidad".
La otra entidad que intentó mediar en el conflicto entre Morales y los prefectos autonomistas de cuatro departamentos, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, fue la Organización de Estados Americanos (OEA) pero tampoco consiguió resultados.
El representante de la (OEA) en La Paz, Bernarhd Griesinger, dio por finalizado, por el momento, ese intento que no tuvo resultados, según una entrevista publicada hoy en el diario La Prensa. Griesinger declaró al matutino que la entidad "hizo todo lo posible y ha pasado el momento" y que, por ahora, no tiene una opinión sobre qué solución darle al conflicto.
Sostuvo además que, en lo que respecta a su papel en la crisis boliviana, "el mandato de la OEA terminó" y cree que el Gobierno de Morales no volverá a pedir su ayuda porque la oposición no acepta la mediación de la entidad para el diálogo.
A su juicio, la coyuntura actual es diferente a la de la semana pasada cuando el debate estaba centrado en evitar la consulta de Santa Cruz o la violencia que, agregó, fue muy reducida frente a la preocupación que había por posibles "30, 40 ó 50 muertos".
Griesinger también confió en que "no va ocurrir una división" territorial en el país y no habrá "una Bolivia A o Bolivia B". "Eso no va pasar, eso no es viable económicamente, técnicamente, socialmente y políticamente", dijo el representante de la OEA.
Según medios locales, el próximo lunes Morales puede definir la fecha de una nueva invitación a los prefectos autonomistas de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Las tres últimas regiones tiene previsto validar sus estatutos autonómicos en el mes de junio.
Fuente: EFE


