¿Qué tiene que ver el dolor con el olor? Mucho, según acaba de descubrir un grupo de científicos.

Expertos europeos liderados por el alemán Trese Leinders-Zufall ha establecido por primera vez un vínculo entre el sentido del olfato y el dolor: las personas con una mutación en el gen SCN9A, que incapacita para sentir dolor, tampoco pueden oler. Muy Interesante plantea que los resultados de esta investigación permitirán conocer mejor los factores genéticos asociados con la percepción olfativa.

“Se trata de un problema de señalización. Las neuronas sensoriales olfativas detectan el olor, producen la señal eléctrica y son capaces de propagarla a lo largo del sistema nervioso hasta un determinado punto en el que se detienen y no logran ir más allá, fracasando en iniciar la señal sináptica”, explica Zufall, en las conclusiones publicadas en la revista Nature.

Los investigadores no descartan que el mismo canal de sodio intervenga en algún otro de los cinco sentidos. "No tenemos una explicación de la conexión entre dolor y olor, pero podría ser que éste fuera un canal importante para múltiples sistemas sensoriales", indica el investigador. En este caso, añade, "los sujetos estudiados eran capaces de ver y escuchar, pero no se investigó el tacto o el gusto".