“Tengo muchos pacientes que vienen con los pies a la miseria porque cayeron en manos de gente sin conocimientos", advierte Esteban Serravalle, el presidente del Colegio de Podólogos de Rosario, quien asegura que en la ciudad hay muchos “truchos” que ejercen la profesión sin aval ministerial, con las graves consecuencias que puede acarrear.

“Se controlan los institutos de belleza y salud pero hay muchos que no teniendo el título trabajan en centros de jubilados o centros comunitarios y hacen desastres”, agrega.

Heridas profundas con consecuentes infecciones y sobretodo mucho dolor, son los resultados de una intervención de este tipo. Es por esto, que los podólogos matriculados –unos 400 en la ciudad de Rosario– aconsejan a la población a que acudan a profesionales preparados y que exijan la utilización de material descartable. Su labor es clara: “Los podólogos se hacen cargo de la salud del pie”, sintetiza Serravalle.

Por otra parte, el profesional puso en el tapete la proliferación de institutos privados que ofrecen la carrera de auxiliar en podología. “Esto no existe. La ley provincial 11.328 no habla de un nivel terciario, es más sólo se estudia en Buenos Aires y en Mendoza por lo que en Rosario nadie puede recibirse de podólogo”, destaca.