El reconocido historiador Félix Luna falleció este jueves, a los 84 años, tras batallar contra una larga enfermedad.

La muerte de Luna fue confirmada a la agencia oficial Télam por las autoridades de la Academia del Folklore que preside Antonio Rodríguez Villar.

"Falucho", tal como se lo conocía entre los íntimos al autor de Breve historia de los argentinos entre otros libros, había sido distinguido hacía dos días por la Legislatura porteña. Además, el lunes último con el premio a la trayectoria otorgado por esa entidad.

Entre muchas obras, de gran éxito editorial y de crítica, fue responsable de De Perón a Lanusse y Soy Roca. También fundó y dirigió la revista Todo es historia.

Nacido en Buenos Aires en 1925, de familia riojana, Luna fue uno de los más prolíficos historiadores argentinos; escribió numerosas obras de historia, ensayo y ficción.

También condujo varios programas radiales y televisivos relacionados con la difusión de la historia, así como colaboró en diarios de la ciudad de Buenos Aires y el interior del país.

En colaboración con Ariel Ramírez escribió las letras de las obras la Misa Criolla, Los Caudillos, Mujeres argentinas y Cantata Sudamericana. Y fue profesor de historia en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad del Salvador y en la de Belgrano.

Como académico fue Miembro de Número de la Academia Nacional de la Historia (1992); y de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas (1998); Miembro de Número de la Academia Nacional de Periodismo (2000).

Su obra y pensamiento

La idea de una Argentina con un pasado glorioso y un auspicioso porvenir que ha atravesado generaciones y está profundamente arraigada en el imaginario colectivo, era según Luna, consecuencia "del formidable salto" experimentado en el país entre 1880 y 1910.

"La Argentina se convirtió en un espejo de la civilización europea en América: gran clase media, educación de excelencia, transporte, comunicaciones. Fue uno de los cuatro o cinco países más grandes del mundo. Muchos intelectuales así lo pensaron, así lo dijeron y fueron creando la sensación de que así ocurriría", señaló en más de una oportunidad.

A su juicio entre los factores que impidieron "una evolución mayor de la Argentina" siempre recalcó la caída de Hipólito Yrigoyen: "El 6 de septiembre de 1930, el quiebre de la constitucionalidad, el fraude y el descreimiento en la democracia sembraron las bases para lo que vendría después".

"Además, hubo un equivocada idea difundida por las oligarquías de la década del treinta de que la solución del país era reforzar los vínculos con Gran Bretaña y que significaba el carbón y el ferrocarril frente a la nafta y al camión", puntualizó en una entrevista.

De reconocida afiliación radical, fue la de Arturo Frondizi la figura política que más lo cautivó a lo largo de su trayectoria: "Me parece que reunió de un modo casi milagroso al estudioso y al intelectual con un hombre informado, que estaba al tanto de lo que pasaba políticamente en el país y dentro de su propio partido", analizó.