Una mujer recibió un llamado anónimo donde le anunciaban que su hija y su nieta habían sido secuestradas y le informaban que para volver a verlas debía pagar un rescate.

 

Según contó en declaraciones a Radio 2, Susana, la mujer que recibió la llamada telefónica, la voz la interrogaba permanente acerca de la conformación de su familia y de los integrantes que en ese momento se encontraban al interior de la vivienda.

 

Aunque la mujer no les dio demasiada información, los datos fueron suficientes para quiees del otro lado del teléfono intentaban presionarla para cobrar un supuesto rescate.

 

“Me dijeron que mi hija y mi nieta estaban secuestradas y que tenía que ir con una suma de dinero hasta un telecentro cercano a mi domicilio”, relató Susana.

 

Todavía conmovida por la situación atravesada, la mujer agregó que “en medio de la negociación para saber más acerca del secuestro” su hija entró en la casa de la mano de su nieta y eso sirvió para desmantelar el falso secuestro.

 

“Me estás mintiendo, mi hija y mi nieta están acá”, dice Susana que les gritó a los secuestradores truchos que enseguida inventaron sin éxito la captura de otro familiar.

 

Según fuentes policiales el caso, que no es el primero en Rosario, se suma a una larga lista de historias que se disemina en el mapa naciona y se trata, la mayoría de las veces, de llamados que se hacen desde el interior de distintas cárceles del país con la intención de obtener dinero para tarjetas telefónicas o cargas virtuales en teléfonos celulares.

 

 “Me sorprendió que quien hablaba tenía tonada cordobesa”, contó Susana. Y agregó: “Después del susto, pensé más fríamente y me di cuenta que seguro querían que vaya al telecentro para comprar tarjetas telefónicas que luego vayan a parar a algún lugar de detención”.