Este viernes a las 21.30, en Plataforma Lavardén, la dupla que conforman Fernanda Metilli y Luciano Mellera presentan su espectáculo de stand-up Mellera/Metilli.

La apuesta, que lleva cinco años de escenario en distintos puntos del país, desembarca en el teatro Auditorio en el marco del ciclo Palabra de Humor, que se desarrolla los viernes de febrero en la la sala de Sarmiento y Mendoza.

Fernanda Metilli, comenzó como actriz hasta que, una colaboración en un programa de televisión la conectó con Verónica Lorca y Hernán Schiavoni, que ya tenían trayectoria en el stand up.

“Ellos eran mis guionistas. Me presentaron el género y me enamoré”, recuerda Metilli, en diálogo con Rosario3.com. Luego llegaron talleres de formación y, finalmente, su participación en La Pelu, con Flor de la V.

Por la dinámica misma del stand up, ella es su propia guionista aunque, explica, con Martín Barraza y Luciano Mellera se "muestran" y charlan sobre lo que tienen. “Siempre una mirada de afuera está buena”, asegura.

Para ella existe una diferencia entre el monólogo y el stand up que es "la inmediatez", un signo del presente que explica también el crecimiento del segundo.

“Creo que el monólogo tradicional tiene un tiempo, es más lento. El stand up responde a la rapidez e inmediatez que tiene la actualidad. En la web, hacés un click y ya estás viendo un video. Creo que tiene otra rapidez entre chiste y chiste que no tenía el monólogo tradicional”, asegura Metilli.

“Hay algo generacional también. A la gente más grande le gusta un poco más el cuentista, mientras que la gente más joven vive otra realidad”, completa.

Al ser consultada sobre qué pasa con la condición femenina y el stand up, Metili responde: “Resulta más difícil”.

“Fijate que hay más hombres que mujeres en el género. Lo mismo ocurre cuando te invitan a un lugar, hay varios grupos de hombres y, quizás uno de mujeres. Hay mucho prejuicio. Cuando sale una mujer a hacer humor, está el prejuicio de la chica que se pregunta qué vas a hacer. Y también está el flaco, en el caso de una pareja, que se dice «mirá si una chica me va a hacer reír». Si bien eso está cambiando, está”, apunta la también docente.

—¿Sentiste en algún momento que tenías que hablar de determinados temas por el hecho de ser mujer?

—En mis monólogos soy bastante genérica. No hablo sólo desde la minita o sobre los temas que le importarían a las mujeres, como comprar ropa, por ejemplo. Hay muchas monologuistas que lo hacen y que está perfecto, es la decisión de cada una. La mía es una mirada más universal, atravesada desde la mujer, pero que no es solamente para mujer. Y siempre fue así, desde el principio. Es mi manera de ver un poco las cosas.

En sus parlamentos, Metili habla de ser actriz, de los prejuicios que tenían sus padres sobre la profesión y de las cosas que le dan vergüenza, como "pedir la comida que queda en el restaurante" hasta "cosas que te pasan en pareja".

—¿En qué te cambió el hecho de dar clases?

—En mucho. Cuando enseñás, estás aprendiendo también. Vos podés dar técnicas para trabajar, pero cuando subís al escenario tenés los mismos miedos que tus alumnos, con otras seguridades que te dio el tiempo y la profesión. Pero te ayuda a crecer, porque también uno se pone más exigente con uno mismo. Una vez que empezás a estudiar y a hacer stand up, en tu cabeza se activa un chip que te hace ver lo cotidiano desde otra manera. Se activa el "modo stand up". Por ahí, situaciones a las que no les dabas bolilla tienen una parte de humor que, si yo planteo o cuento de tal manera, pueden resultar graciosas.