El palco tiene ese “no se qué”. Muchos analizan qué sucede entre los funcionarios nacionales, provinciales y locales- si es que están- observan si se miran, si se hablan o si hay silencios. Este Día de la Bandera tuvo una ausencia fuerte, la de la presidenta de la Nación Cristina Kirchner, quien en su lugar envió al ministro de Justicia Aníbal Fernández. Otro que no participó fue el senador Carlos Reutemann.
Si de ausencias se trata, muchos que estaban abajo notaron que Fernández no exhibía la insignia patria. ¿La tendría debajo de la campera? Quizás el frío pudo más y su escarapela pasó a segundo plano.
Sin embargo, la nota se dio debajo del escenario. Es que cuando pasó la bandera más larga del mundo –-sin dudas el “hit” de la jornada- bajaron para tomarla no sólo el gobernador de Santa Fe sino también el ministro nacional. Sin quedarse atrás, bajaron desde el intendente hasta el ministro Antonio Bonfatti y el senador Rubén Giustiniani. Incluso se pudo ver llevando la celeste y blanca a Marcos Escajadillo, a cargo de la Defensa Civil de Santa Fe.
Fue el momento para que los periodistas se lanzaran a ponerle cerca el micrófono a Fernández que aseguró que existen “varias razones” para que la presidenta no estuviera en Rosario y también bregó por la declaración del feriado para el 20 de junio.
Mucha gente se acercó a los funcionarios y el caos no tardó en producirse. Besos, fotos, abrazos y apretones de mano eran reclamados por lo que parecía un grupo de fans que hacía caso omiso a la seguridad que trataba de controlar la situación. Arriba, el palco semivacío tardó en llenarse otra vez.



