No quedó bien la relación entre Luciano Figueroa y el presidente Rosario Central, Horacio Usandizaga. El cortocircuito que impidió en julio el regreso del delantero le dejó a éste huellas que mantuvo ocultas hasta este jueves. Con motivo de la previa del clásico ante Newell´s, Lucho habló con Radio 2 desde Italia y de paso recriminó el proceder del Vasco por aquellos días previos al actual torneo.

“Ahora no quiero volver sobre el tema y que haya polémica, sólo quiero que a Central le vaya bien y gane el clásico”, se excusó el jugador del Genoa, pero ante la consulta del periodista Luis Ricossa (Zapping Sport Radio) le pasó la factura al mandamás canalla y, sin nombrarlo, lo acusó de decir “pavadas” que algún día deberán arreglar.

“Estaba todo listo para volver, pero hubo un par de inconvenientes, gente que estaba de vacaciones que no estaba tan al tanto de lo mío o no quiso saber nada, y no se dio. Pero después escuché que salieron a decir pavadas”, dijo Figueroa. Fue en clara referencia a las condiciones económicas que, según divulgó Usandizaga, Lucho y su padre –el representante– habían puesto para concretar la operación.

Caliente por la frustrada operación, el Vasco en su momento salió a argumentar en el mismo programa que, para traer al atacante, Central debía desembolsar el dinero del pase al Genoa, más 150 mil dolares por mes para el jugador, mas un millón de dólares para Figueroa padre. Y en el entorno del futbolista no cayó bien que se hable públicamente de cifras.

“Sé que voy a volver porque amo la camiseta y la hinchada de Central. Voy a volver, estén estos directivos o no. Pero obviamente antes voy a aclarar las cosas que dijo el presidente y que no se dicen. Hay códigos. Con los problemas de inseguridad que hay en la Argentina, que saliera a hablar de lo económico me cayó muy mal”, expresó Luciano.

“El hincha sabe que uno no va a ir a jugar gratis –agregó–, uno no trabaja para eso. Uno trata de ganar su plata y además defender la camiseta. Y yo rechacé muchas cosas para volver y a último momento se fue todo para atrás y me quede sin ir Central, que es lo que yo quería, y a otros clubes que podría haber ido”.

En ese sentido, el también ex delantero de River y Boca amplió: “Me quedé acá en Genoa, donde sabía que no iba a jugar por más que haga diez goles en dos partidos. Me da mucha bronca porque acá estoy parado pudiendo estar defendiendo la camiseta que yo quiero”.

Y aclaró que los goles que hizo en la pretemporada cuando tuvo oportunidad de jugar por lesione de compañeros no tuvieron incidencia en su permanencia en Italia: “Los goles que hice no cambiaron anda, ya estaba todo igual, mi contrato estaba casi todo arreglado”.

Al margen de todo, ya palpita el clásico

Figueroa también se dedicó a palpitar el clásico rosarino de este domingo, acaso el motivo original del contacto desde Italia. “El clásico es el partido que todo jugador y todo hincha quiere ganar. Va a ser difícil, ojalá los chicos de Central se levanten de la mejor manera”, dijo ilusionado.

“Si llega a ganar Newell´s va a pelear el campeonato, pero esperemos que no pase eso. Que gane Central para bajar a Newell´s de esa posición, donde no es lindo verlo”, reconoció.

Con más cautela, Lucho señaló que “el torneo de Central es otro, sumar para el promedio”. “Obviamente que si bajás a Newell´s y le arruinás el campeonato, sería lo ideal. Pero si no se gana, sería importante que se sume. Aunque gracias a Dios, a Central está haciendo las cosas muy bien y a estos chicos les deseo lo mejor”, concluyó.

Coudet también lo vive a la distancia

A su turno, desde México, Eduardo Coudet –otro ídolo canalla– manifestó toda su “confianza” para ganar el domingo.

“Lo vivo con ansiedad. Al otro equipo no lo vi, pero sí vi casi todo lo que jugó Central. Es un equipo que mete y por momentos tiene buen manejo, está muy sólido, y atrás también muy firme. Le tengo confianza”, analizó.

El Chacho, hoy en el San Luis mexicano –donde tiene dos años y medio más de contrato–, también se ilusionó con una nueva vuelta al club que tanto quiere. “Es mi ilusión volver a jugar ahí. Es un sueño y un anhelo poder jugar con Lucho, con el Chelo por el costado, y correr para que ellos hagan goles. Y también podemos jugar con tres de punta, con el Pocho Lavezzi por el otro lado”, aventuró.