Un nutrido grupo de filipinos participó este miércoles en una vigilia por las víctimas de una matanza cometida por uno de los clanes dominantes en Maguindanao, provincia del sur del país, donde rige el estado de excepción para evitar que crezca la espiral de violencia en la ciudad de Koronadal, provincia de Cotabato. En tanto, ascienden ya a 57 las víctimas de la matanza.

La Policía recuperó en las últimas horas otros cinco cadáveres de víctimas de la masacre cometida esta semana, con lo que asciende a 57 el número de personas asesinadas por miembros de uno de los clanes familiares que domina la región.

Los cadáveres, todos de varones, fueron localizados en una fosa situada en la cima de un monte próximo a la ciudad de Amputuan, en la provincia de Magindanao, y a escasa distancia del lugar en el que el pasado martes se hallaron los cuerpos sin vida de 24 personas en dos sitios distintos.

El mismo día de la matanza, el pasado lunes, aparecieron un total 21 cadáveres decapitados o mutilados, incluidos los de mujeres que presentaban signos de haber sido violadas.

La violencia entre clanes es un elemento esencial de la política filipina, sobre todo en la conflictiva región sur, donde muchos caciques gobiernan como señores feudales protegidos por matones, sin que las fuerzas de seguridad o los tribunales interfieran en sus dominios.