Los turcos celebran en estos días la confesión oficial de Suecia de que las mundialmente populares albóndigas son un antiquísimo plato pero nacido en Turquía, a partir de una receta copiada e importada a Europa por un monarca nórdico hace tres siglos.

"Esas famosas albóndigas suecas que probás en Ikea son en realidad turcas, admite el gobierno sueco", tuiteó con entusiasmo y orgullo TRT World, el canal de noticias de televisión internacional pública turca.

El reconocimiento histórico comenzó también en las redes sociales, cuando la cuenta oficial de Suecia en Twitter (@swedense) invitó a los suecos, de la nada, a "atenernos a los hechos".

"Las albóndigas suecas en realidad se basan en una receta que el rey Carlos XII trajo a casa desde Turquía a principios del siglo XVIII", descerrajó la cuenta sobre el orgullo de los suecos.

Enseguida, Annie Mattson, del departamento de literatura de la Universidad de Uppsala, en Suecia, detalló a la agencia turca Anadolu que después de perder una batalla clave contra Rusia, en 1709, Carlos XII y los restos de su ejército se refugiaron en lo que hoy es Moldavia, que después formaría parte del Imperio Otomano.

Carlos XII, también conocido como "el León del Norte" por sus habilidades militares pero que había accedido al trono en 1697 con sólo 15 años, fue desbordado por los enemigos rusos y terminó exiliado seis años en Turquía.

Así, según se confirma ahora, conoció la cocina turca y cuando volvió a Suecia, en 1714, se llevó consigo varias recetas, entre ellas las del "köfte", albóndigas de carne picada de cordero especiado que con el tiempo se convirtió en el popular "köttbullar" sueco.

El mismo monarca, que finalmente murió batallando en Noruega contra los daneses en 1718, importó y contribuyó a popularizar el hábito turco de tomar café.

Turquía tiene su "capital de las albóndigas", Inegöl, donde un chef local, Ibrahim Veysel, dijo que era un honor que el plato turco se convirtiera en "un ejemplo para las diferentes cocinas de todo el planeta", informó el diario británico The Guardian.

Los medios en todo el mundo fueron atraídos por las reacciones que disparó el reconocimiento sueco, como el de un usuario local de Twitter que posteó: "Toda mi vida ha sido una mentira".

Sin importarle, la cadena Ikea, la marca sueca más conocida a nivel mundial, desarrolló unos menúes con albóndigas como plato principal que, según la BBC, genera ventas por valor de 2.000 millones de dólares al año.