Una tarde espléndida de sol fue el marco de una jornada plena de público en el Monumento a la Bandera, donde orquestas, profesores y bailarines dijeron hasta el año próximo al Encuentro Metropolitano de Tango, un festival afianzado en el calendario municipal y que convoca en forma creciente a los amantes del género.
Para los que dan sus primeros pasos en la danza, Sebastián de la Vallina dio una clase apoyándose musicalmente con el Sexteto Vendaval, ¡todo un lujo! Y lo mejor, los principiantes participaron luego de la milonga junto a los más expertos, informaron desde la Secretaría de Cultura y Educación municipal.
Esta agrupación fue la que dio inicio al baile y la pista se colmó de gente; después fue el turno de los jóvenes danzarines y luego de los profesores y organizadores de milongas, un espectáculo fascinante para quienes gustan del tango y se acercaron al Monumento para presenciar un gran show.
Y de esto se trató también la exhibición de nivel internacional que brindaron Diego Pérez y Soledad Cantarini.
Además hubo espacio para los homenajes, en esta oportunidad al Duende por su extensa trayectoria en la enseñanza del baile; de manos de la subsecretaria de Cultura, Mónica Peralta, recibió una plaqueta en reconocimiento a su tarea.
Para el cierre, la Orquesta de Carlos Quilice brindó un cálido homenaje a Aníbal Troilo con sus cantantes Gustavo Pérez y Leonel Capitano haciendo El gordo triste, la bella obra de Piazzolla y Ferrer. La presentación de la orquesta también fue emotiva, con estos vocalistas entonando El sol del 25.
En el ocaso de la tarde, pese al frío, el público acompañó hasta el final, cerrando un día de fiesta para el tango en la ciudad.



