Luego de dos horas en el quirófano, finalizó la cirugía para drenar el hematoma subdural crónico a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, según informaron medios porteños apostados en el ingreso a la Fundación Favaloro donde se realizó la operación. Sin embargo, hasta las 11.30 se esperaba el parte médico oficial sobre la intervención.

Las fuentes indicaron que la cirugía fue "exitosa" y duró cerca de dos horas. La operación fue decidida el lunes por los médicos que atienden a la mandataria quienes valoraron nuevos síntomas como un "hormigueo" en el brazo izquierdo y una "transitoria y leve pérdida de la fuerza muscular" en el mismo miembro.

“Podemos decir que terminó la operación, y la presidenta se está recuperando de la anestesia, gracias a Dios, le deseamos pronta recuperación mientras prudentemente esperamos el parte médico”, dijo el gobernador Daniel Scioli este mediodía durante un acto en su provincia.

Estiman que la Jefa de Estado deberá permanecer unos días internada en el centro médico porteño y luego tendría un postoperatorio de hasta 45 días.

La jefa es Estado ingresó el lunes en la clínica Favaloro, de Buenos Aires, para someterse a nuevos estudios tras haber sido diagnosticada el pasado sábado de una "colección subdural crónica", un hematoma alojado en la cabeza producto de un traumatismo que sufrió el pasado 12 de agosto, por lo se le recomendó 30 días de reposo.

Sin embargo, "la inicial propuesta de reposo debió ser modificada" debido a que la presidenta "presentó ayer, domingo 6 de octubre, a las 19.30 hora local, una sensación de hormigueo en su brazo izquierdo", precisó el centro médico en un comunicado.

"Ante tal sintomatología -añade la nota- nuestro equipo se constituyó en la residencia de Olivos a los efectos de proceder al examen físico-neurológico constatando una transitoria y leve pérdida de la fuerza muscular del mismo miembro superior".

Frente a dicho cuadro clínico, los médicos recomendaron la intervención quirúrgica, que tenía lugar este martes por la mañana y consistía "básicamente en la evacuación quirúrgica de dicho hematoma".

Cristina Fernández, de 60 años, sufre problemas de tensión y en enero del pasado año se sometió a una operación para extirparle la glándula tiroidea.

En esa fecha, y mientras se recuperaba de dicha intervención, fue reemplazada durante tres semanas por el vicepresidente argentino, Amado Boudou, quien también representa a la mandataria en esta ocasión.

Boudou, quien asumió el Ejecutivo ante un notario, interrumpió el sábado una visita oficial a Brasil para regresar a Buenos Aires poco después de que la presidenta ingresara por primera vez en la clínica Favaloro.

"Ella (Fernández) quiere que se mantenga la gestión y todo el equipo vamos a mantener la gestión. ¡Fuerza Cristina, fuerza Argentina, vamos todos juntos!", afirmó Boudou en un acto en la casa de Gobierno.

La asunción de Boudou había sido puesta en duda por medios y analistas en medio de duras críticas por la presunta vinculación del vicepresidente con escándalos de corrupción.

Además, en plena campaña para las elecciones legislativas del próximo día 27, el protagonismo de un dirigente con un fuerte deterioro en su imagen pública podría afectar negativamente al sector gubernamental, que afronta los comicios más difíciles en 10 años, coincidieron analistas.

El apoyo a Cristina

A través de Twitter, representantes de la oposición, como el candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires por el Frente Renovador, Sergio Massa, enviaron mensajes de ánimo a CFK.

"Nuestro deseo de una pronta recuperación a la Presidenta de la República", señala Massa en su cuenta de la red social.

"Deseamos a la presidenta tranquilidad y pronta recuperación", indica en un tuit, Margarita Stolbizer, del Frente Progresista Cívico y Social, quien añade que "es imprescindible información completa y confiable sobre su estado de salud".

También miembros del gobernante Frente para la Victoria, como el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, o el primer candidato a diputado por esa provincia, Martín Insaurralde, se solidarizaron con la presidenta y confiaron en su pronta recuperación.

Un lunes agitado

Cristina arribó a la fundación, proveniente de la residencia de Olivos en un auto oficial marca Audi, el mismo en el que se la vio el sábado. Estaba custodiada por otros tres coches y una moto. Según trascendió, acudió allí porque volvió a tener fuertes dolores de cabeza en las últimas horas.

La jefa de Estado llegó a la clínica del barrio porteño de Montserrat acompañada por sus hijos. Accedió por una de las puertas ubicada sobre la calle Venezuela y sentada en el asiento del acompañante.

En el camino, saludó a vecinos de la zona que se acercaron por el amplio movimiento que se produjo. "Fuerza, presidenta, fuerza", le gritaron. Las guardias periodísticas ya habían alterado la fisonomía habitual de la zona.

De igual forma, la campaña electoral -de cara a los comicios del domingo 27- quedó atravesada por la operación de Cristina y los candidatos del oficialismo y de la oposición sumaron sus voces de acompañamiento a la presidenta y a su familia.

Mientras tanto, referentes de todo el arco político nacional y presidentes latinoamericanos expresaron su preocupación por la salud de la jefa de Estado y su anhelo de una "pronta mejoría".

El secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, informó el sábado pasado que los médicos de la Fundación le diagnosticaron a la presidenta una “colección subdural crónica”, un hematoma por fuera del cerebro producto de un golpe que sufrió en la cabeza el 12 de agosto y sobre el que no se informó cómo se produjo. Le habían indicado 30 días de reposo.