El gobernador Hermes Binner instaló ayer la preocupación, al señalar que teme que haya dificultades para pagar el aguinaldo a los estatales a fin de año, y el tema de la caída de los recursos del Estado provincial fue central en la reunión que el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti, y los partidos que integran el oficialista Frente Progresista Cívico y Social, en el marco de la ronda de diálogo iniciada por la administración socialista.

Es que el gobierno empezó por estos días a plantear los trazos generales del proyecto de presupuesto 2010, que de acuerdo a los plazos legales antes del 30 de septiembre tiene que llegar a la Legislatura.

El gran dilema es cómo se incrementan los recursos para no llegar a una situación de ahogo financiero en un marco de crisis que, por caso, impide plantear una reforma impositiva del tipo de la que farcasó el año pasado por el voto negativo del justicialismo en el Senado.

La estrategia pasaría ahora no por una reforma impositiva integral, sino por algunas “correcciones”, como terminar con las exenciones, alguna actualización en avalúos fiscales sobre los que se calcula el inmobiliario y subir ingresos brutos a empresas que no están radicadas en la provincia pero sí comercializan en territorio santafesino.

La ides es no proponer nada que el PJ puede calificar por “impuestazo”.