Los incendios en las islas que están frente a Rosario siguen generando fuego cruzado entre las autoridades rosarinas y entrerrianas. Para César Mackler, secretario de Medio Ambiente municipal, “ya existen 70 focos ígneos del otro lado del Paraná y si no hay una norma ejemplificadota por parte del gobierno de Entre Ríos nada cambiará”. Por su parte, Gustavo Spadillero, delegado de Islas de Entre Ríos, reconoció que la situación se les fue de las manos.

 

En contacto con Radio 2, Spadrillero manifestó que los incendios “se volvieron incontrolables”. En este sentido, el delegado de Islas de Entre Ríos atribuyó la complicación a “el fenómeno natural de la sequía, ya que no hay agua en el Delta, y a la actitud de los productores que de hecho no ayuda”.

 

En oposición a los argumentos de Spadillero, el secretario de Medio Ambiente del municipio, César Mackler, se permitió ironizar sobre los comentarios del entrerriano. “Si se tiene que depender del clima, mejor dejar todo y dedicarse a rezar”, lanzó Mackler.

 

Para el titular de la cartera ambiental de la ciudad “ya hay 70 focos ígneos del otro lado del río y van a persistir si no se aplican sanciones y leyes ejemplificadotas”. En este sentido, el funcionario municipal reclamó una vez más al Estado entrerriano que “legisle una normativa que permita frenar las llamas y sancionar a quienes están detrás de eso”.

 

“Es indiscutible que la Intendencia de Victoria, el gobierno entrerriano y la brigada de Plan de Manejo del Fuego han actuado, pero el tema es que no hay que salir a apagar los incendios sino evitar que se prenda el fuego”, criticó Mackler. El funcionario advirtió además que el plan de arrendamiento de tierras que quiere lanzar Entre Ríos –saldrían a licitación tierras fiscales– empeorará la situación.

 

Por su parte, desde la otra orilla Spadrillero reconoció que “es cierto que la ley no tiene el peso necesario” pero remarcó que si se arrendan o no las tierras es una "decisión soberana" de Entre Ríos en la que los gobiernos de Rosario y Santa Fe no tienen por qué meterse.

 

En tanto, Mackler señaló que “es necesario realizar un estudio de impacto ambiental para comprobar la destrucción del ecosistema y dejar de tratar a esa zona sólo con una mirada mercantilista”.

 

Por último, y con intenciones de minimizar el conflicto, Spadillero argumentó que “la quema de pastizales para la siembra y la producción ganadera es una práctica ancestral que sólo trajo inconvenientes ahora”.

 

La réplica de Mackler a esa afirmación no se hizo esperar y fue certera. “Con el auge de la soja lo que antes eran pequeños incendios ahora son focos de gran magnitud”, fustigó el funcionario local. Y abundó: “La quema de pastizales es sólo la punta del iceberg de un problema mayor de todo el ecosistema”.