No, el viajar no es un placer. Por lo menos a Buenos Aires, ya que hay un deterioro evidente en la autopista que une a esa ciudad con Rosario. Baches, la cinta asfáltica desgastada, colectivos que marchan a una velocidad mayor a la permitida son factores que explican, de alguna manera, el alto nivel de siniestralidad en esta ruta, la más importante del país, pese a que está concesionada.

Sí, tal como reflejó un informe del periodista Guillermo Brasca emitido en De 12 a 14, por Canal 3, el peaje hay que pagarlo, pero eso no implica que, como compensación, uno vaya a circular por una ruta en buen estado.

Aunque acaso la culpa no sea del chancho sino del que le da de comer. Es que, en la renegociación del contrato, se acordó que no es el concesionario quien debería ocuparse de repavimentar las amplias zonas dañadas, sino el Estado, a través de Vialidad Nacional.

Esto generó que el senador santafesino Rubén Giustiniani manifestara su "preocupación" y reclamara además límites a la circulación de colectivos de dos pisos, protagonistas recurrentes de accidentes en la autopista.

En el informe se pudo ver, por ejemplo, cómo un colectivo de la empresa Argentina, cuyo uno de sus coches días atrás protagonizó un accidente con quince heridos, pasaba a más de 110 kilómetros por ahora al auto de Canal 3, cuando de acuerdo a su propio cartel no debería pasar los 90.