En una investigación realizada recientemente en el Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea se llegó a la conclusión de que existe un gen que influye directamente sobre la generosidad de la gente.
El doctorAriel Knafo, psicólogo participante en la investigación, explicó a la BBC que "la conclusión central a la que llegamos es que hay influencia genética en las diferencias en el comportamiento altruista de la gente, porque hay diferencias en el ADN de la gente, que están relacionadas a las diferencias en su modo de comportarse".
Hay influencia genética en las diferencias en el comportamiento altruista de la gente, porque hay diferencias en el ADN de la gente, que están relacionadas a las diferencias en su modo de comportarse.
Ello se vio en una especie de juego de laboratorio, en cuyo marco los participantes debían decidir si compartir o no con otros una determinada suma de dinero que habían recibido.
El profesor Richard Ebstein, el experto en genética del equipo investigador, explicó que en todos aquellos que mostraron una actitud generosa, el gen llamado "arginine vasopressin receptor IA" aparece de una forma más alargada que en el resto de las personas.
En otra investigación llevada a cabo tiempo atrás por el mismo profesor Ebstein, se halló que niños con autismo tienen el gen mencionado en una forma mucho más corta, lo cual explica la base genética de una actitud cuya característica básica es una alteración en la dinámica de comunicación con la sociedad.
Ambas cosas, en sus distintas expresiones, están relacionadas a una actitud normativa o alterada de comportamiento que los expertos llaman "pro-social".
Está claro, pues, que no sólo la forma de la nariz o nuestro color de ojos están determinados al nacer por nuestra genética, sino que ésta influye también en nuestro comportamiento. Antes se pensaba que el cerebro humano es una tabla rasa y que se se podía hacer con el ser humano, a través de la educación, lo que uno quisiera.
"Antes se pensaba que el cerebro humano es una tabla rasa y que se se podía hacer con el ser humano, a través de la educación, lo que uno quisiera. Pero hoy sabemos que los genes son importantes. En casi todo lo que estudiamos, vemos la influencia de los genes".
El profesor Mario Mikulincer, psicólogo de investigación especializado en Relaciones Humanas y decano de la nueva Escuela de Psicología del Instituto Interdisciplinario Hertzlia, sostiene que se puede hablar en términos absolutos.
"Hoy en día en Psicología, entendemos que cada conducta del ser humano es determinada por dos factores: factores genéticos y factores ambientales que influyen juntos y en forma interactiva en el compartamiento. Lo importante es descubrir el componente genético de cada conducta".
El doctorAriel Knafo, psicólogo participante en la investigación, explicó a la BBC que "la conclusión central a la que llegamos es que hay influencia genética en las diferencias en el comportamiento altruista de la gente, porque hay diferencias en el ADN de la gente, que están relacionadas a las diferencias en su modo de comportarse".
Hay influencia genética en las diferencias en el comportamiento altruista de la gente, porque hay diferencias en el ADN de la gente, que están relacionadas a las diferencias en su modo de comportarse.
Ello se vio en una especie de juego de laboratorio, en cuyo marco los participantes debían decidir si compartir o no con otros una determinada suma de dinero que habían recibido.
El profesor Richard Ebstein, el experto en genética del equipo investigador, explicó que en todos aquellos que mostraron una actitud generosa, el gen llamado "arginine vasopressin receptor IA" aparece de una forma más alargada que en el resto de las personas.
En otra investigación llevada a cabo tiempo atrás por el mismo profesor Ebstein, se halló que niños con autismo tienen el gen mencionado en una forma mucho más corta, lo cual explica la base genética de una actitud cuya característica básica es una alteración en la dinámica de comunicación con la sociedad.
Ambas cosas, en sus distintas expresiones, están relacionadas a una actitud normativa o alterada de comportamiento que los expertos llaman "pro-social".
Está claro, pues, que no sólo la forma de la nariz o nuestro color de ojos están determinados al nacer por nuestra genética, sino que ésta influye también en nuestro comportamiento. Antes se pensaba que el cerebro humano es una tabla rasa y que se se podía hacer con el ser humano, a través de la educación, lo que uno quisiera.
"Antes se pensaba que el cerebro humano es una tabla rasa y que se se podía hacer con el ser humano, a través de la educación, lo que uno quisiera. Pero hoy sabemos que los genes son importantes. En casi todo lo que estudiamos, vemos la influencia de los genes".
El profesor Mario Mikulincer, psicólogo de investigación especializado en Relaciones Humanas y decano de la nueva Escuela de Psicología del Instituto Interdisciplinario Hertzlia, sostiene que se puede hablar en términos absolutos.
"Hoy en día en Psicología, entendemos que cada conducta del ser humano es determinada por dos factores: factores genéticos y factores ambientales que influyen juntos y en forma interactiva en el compartamiento. Lo importante es descubrir el componente genético de cada conducta".


