Las lluvias caídas en los últimos días le devolvieron la magia a las entrañables cataratas del Iguazú. Con más de un millón de turistas por año (el 40 por ciento de ellos, extranjeros) es uno de los destinos más visitados de la Argentina.

Los encargados de la zona estaban preocupados porque en los últimos meses la sequía, que afecta a varias partes del país y ha puesto en riesgo varios cultivos, redujo además el caudal de las cataratas a 300 m3 por segundo, cuando lo normal es 1800. Afortunadamente, el agua caída en los últimos días logró impulsar el nivel de agua a más de 1000 m3 por segundo.