A la hora de justificar una infidelidad, se sabe, las excusas nunca faltan. Que el sentimiento de soledad, que se dio después de una pelea, que fue una sola vez, que, que, que. El colmo es que un grupo de cieníticos norteamericanos acaban de aportar la "última" excusa para justificar no haber sido fiel: le hace bien a las defensas.

Sí, un reciente estudio revela que la promiscuidad le sienta bien al sistema inmune. Por extraño que suene.

El tema es así: en las montañas de Santa Cruz, en California, viven dos especies de ratones que comparten hábitat y linaje genético, pero tienen una vida social muy distinta. El ratón de California (Peromyscus californicus es monógamo, mientras que el ratón ciervo (Peromyscus maniculatus) es sexualmente promiscuo.

Después de estudiar ambos casos, ¿qué concluyeron los especialiastas? Que la promiscuidad ayuda a fortalecer el sistema inmune. Concretamente, los ratones ciervo, sexualmente promiscuos, tenían el doble de diversidad bacteriana que los monógamos, y esto, generación tras generación, ha fortalecido el genoma de los primeros.

Los resultados, publicados en PLoS One y replicados en la revista Muy Interesante, confirman que las diferencias en el comportamiento social inducen cambios evolutivos a nivel genético.