Guillermo Luque, el único detenido por el crimen de María Soledad Morales –la estudiante asesinada a principios de la década del 90 en Catamarca–, recuperó este lunes la libertad. Así lo decidió la jueza de ejecución penal Alicia Elizabeth Cabanillas, que accedió formulado al pedido de sus abogados, al cumplir Luque con buen comportamiento los dos tercios de la condena que se le aplicó en febrero de 1998 (antes ya había estado preso).

"Fui un inocente que estuvo preso", planteó Luque al salir de la cárcel.

Guillermo Luque es hijo del fallecido diputado nacional Angel Luque, un hombre que fue muy allegado a Ramón Saadi, ex gobernador de la provincia en la que mandaba como amo y señor hasta que las repercusiones del caso María Soledad marcaron el ocaso del reinado que durante años ejerció su familia.

Luque, que tiene 44 años, dos hijos y está divorciado, gozaba de salidas laborales desde 2003 y trabaja en una escribanía. Desde el 14 de abril de ese año salía durante el día a cumplir con sus tareas y regresaba a dormir a La Granja del Servicio Penitenciario.

Luque completó ayer 14 años de prisión de los 21 a los que fue condenado por la Cámara Penal , que lo encontró responsable del delito de "violación seguida de muerte".

La jueza Cabanillas basó su decisión en los informes pertinentes de las autoridades carcelarias y judiciales, que dieron el visto bueno para que se conceda este beneficio a Luque.

"Durante sus salidas laborales, el comportamiento de Guillermo es muy bueno, tuvo una muy buena aceptación, no sólo en el estudio sino también socialmente", señaló su abogado, Oscar Romero, en declaraciones a la prensa local.

Y agregó: "Él fue respetuoso, durante 14 años, de lo que le impuso la ley, ahora debemos ser respetuosos del derecho de libertad que le asiste".

María Soledad Morales desapareció el ocho de septiembre de 1990 después de haber participado de una fiesta para recaudar fondos para el viaje de fin de curso.
La joven concurría a 5º año del Colegio del Carmen, y tres días después fue encontrada sin vida en la zona conocida como Parque Daza, a unos siete kilómetros de la capital catamarqueña, con el rostro destrozado.

A partir de ahí la familia Morales comenzó un largo camino para pedir justicia por lo sucedido.

Los integrantes de la comunidad educativa a la que concurría, liderados por la hermana Martha Pelloni, junto a vecinos implementaron las denominadas "marchas de silencio", que fueron determinantes para que el entonces presidente de la Nación, Carlos Menem, dispusiera la intervención de la provincia que estaba gobernada por Ramón Saadi.

También le costó el cargo al padre de Guillermo, el entonces diputado nacional Ángel Luque, que fue echado del Congreso por sus pares por las declaraciones que realizaba sobre el tema.

Junto a Luque estuvo detenido Luis Tula, hoy abogado y en libertad después de cumplir nueve años de prisión, acusado de haber "entregado" a la adolescente.

Tula, en 1990, había tenido una relación secreta con María Soledad Morales.