Los años acumulados no son el único factor que interviene en el proceso de envejecimiento, sino que según una investigación recientemente publicada en la revista “Archives of Dermatology”, los hábitos y los factores ambientales también juegan su parte.

"No sólo el paso del tiempo -que está íntimamente relacionado con la genética, pues es claro que algunos evidencian efectos del envejecimiento antes o de forma más notoria- está relacionado con el deterioro de la piel, sino que también debemos considerar el grado de exposición a la radiación ultravioleta, determinados hábitos como el alcoholismo o el tabaquismo y ciertos factores ambientales como la exposición a tóxicos contenidos en el aire", sostuvieron los autores de la experiencia de la cual participaron 65 parejas de gemelos (130 participantes en total) reclutados durante el "Día Nacional de los Gemelos", un certamen anual que se celebra en Twinsburg, Ohio, Estados Unidos.

"Las experiencias con gemelos idénticos, que por ende poseen los mismos genes, son sumamente útiles a fin de establecer el grado de influencia que tienen determinados factores ambientales", expresaron los integrantes de la facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, en el mismo país. "Es por eso -continuaron- que mediante cuestionarios y datos médicos pudimos establecer que más del 40 por ciento de los cambios producidos en la dermis se deben a factores ambientales, como la luz ultravioleta y los contaminantes tóxicos del aire. No obstante, también encontramos una relación directa entre el envejecimiento prematuro y el tabaquismo, el sobrepeso y el haber sufrido cáncer de piel".

Esto es así porque el ADN mitocondrial es especialmente sensible a los rayos ultravioleta que, a su vez, son los principales productores del cáncer de piel. Más aún: la mitocondria es la principal fuente de oxidantes implicados en el envejecimiento y, por lo tanto, los daños producidos en su ADN disminuyen la capacidad oxidativa de la piel acelerando el envejecimiento de la misma.

Por todo esto y medido en "puntuación de fotoenvejecimiento", los participantes que habían sufrido cáncer de piel tenían mayores probabilidades de padecer envejecimiento prematuro, al igual que aquellos que eran fumadores.

"Las personas con antecedentes no deben exponerse al sol bajo ningún concepto dado que el 50 por ciento de quienes sufren o sufrieron cáncer de piel no melanoma presentan -en relación a los que no cuentan con ese historial- mayores probabilidades de tener otro episodio en los dos o tres años posteriores", explicó la doctora Margarita Larralde, especialista local e integrante del servicio de Dermatología y jefa de la sección Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía.

Diferentes resultados se hallaron respecto del consumo de alcohol -aunque no se especificó qué tipo- ya que algunas bebidas poseen polifenoles como el resveratrol que es un efectivo antioxidante.

"Finalmente, con respecto al sobrepeso hallamos que el incremento del perímetro de cintura, condición denominada síndrome metabólico, está asociada con un mayor riesgo de envejecimiento prematuro por el hecho de generar una mayor predisposición a sufrir enfermedades, entre las cuales se cuentan las de la piel o bien otras que pueden repercutir en la dermis", concluyeron los autores de la experiencia.

Fuente: Pro Salud News