Tal como sucede todos los años para esta época, la Municipalidad difundió la semana pasada un cronograma de prestación del servicio de taxis en el que se diferenciaban las obligaciones de los propietarios de licencias según tuvieran dos, tres o más coches a cargo.

Pero es sabido que lo que aparece escrito en los diagramas horarios dista mucho de la realidad con la que el usuario de este servicio público se encuentra al salir a la calle. La razón de este desfasaje, además de la inseguridad que argumentan los propios conductores de taxis que optan por preservar su vida en noches complicadas, es la dificultad de controlar el cumplimiento de las normas establecidas por parte del municipio.

“Este año es distinto", aseguró el director de Transporte de la Municipalidad, Ignacio Iñiguez a Rosario3.com. "Se requerirá el ticket resumen de los viajes realizados durante los días en que le correspondió brindar el servicio, pero con horario estipulado, algo que no se había hecho hasta el año pasado”, aclaró. Los taxistas deberán presentarse durante las próximas 72 horas en la dirección de Transporte municipal a fin de cumplir con ese trámite y habrá multas que van de los 300 a los 900 pesos para los incumplidores.

La intención del municipio –que monitoreó el trabajo de los taxis durante la Nochebuena con 25 inspectores apostados en puntos clave de la vía pública, además de agencias de taxis y remises– es garantizar que el servicio de preste como corresponde.

Sin embargo, Iñiquez reconoce que se plantearon dos situaciones distintas: antes y después de la hora cero. “Antes de esa hora, circularon taxis y remises con demoras de alrededor de 20 minutos, en cambio después de las 12 de la noche y en especial cerca de las 2 de la madrugada –cuando la gente quiso volver a su casa después de la fiesta y los chicos salieron a bailar– se produjo un pico crítico de demanda al que no pudimos responder”, admitió el funcionario.

En relación con el transporte urbano de pasajeros, el panorama fue algo más ordenado. Según Iñiguez, hasta las 23 del domingo se reforzaron las líneas de colectivos y se trabajó con frecuencias de 15 o 20 minutos. Pasada la medianoche, la dirección de Transporte dispuso el adelantamiento de la salida de los coches que a diario comienzan a circular a las 4. “De modo que a partir de la 1 de la madrugada, hubo otra vez ómnibus prestando servicio en la calle”, asegura Iñiguez.

La línea del transporte urbano que más sintió las consecuencias del clima tormentoso fue la de la costa, ya que quienes eligen esa zona de la ciudad como destino para festejar, esta vez prefirieron sitios más resguardados y techados. La línea funcionó tal como estaba previsto, pero con escasos pasajeros por coche.