Investigadores hispano-cubanos han hallado en Cuba una singular babosa marina que emite destellos luminosos cuando es importunada. Además, dos de los biólogos han descrito otras cinco especies nuevas de estos moluscos en las Islas Canarias, una considerada un verdadero fósil viviente.

La fauna de babosas marinas en Canarias supera las 260 especies y los investigadores consideran que dos de estas nuevas especies descubiertas son además "muy singulares", según Leopoldo Moro, del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias.

Una de ellas es el "fósil viviente", la babosa marina encontrada en La Gomera y bautizada "Akera silbo". Este molusco es la segunda especie del género "Akera" en todo el Atlántico y resulta tan relevante como la "Odontoglaja sabadiega", otra babosa descrita por los mismos investigadores hace 12 años en la isla española de El Hierro.

Se trata del único representante del género Odontoglaja -que presenta "dientes" como excepción a la norma en su familia- en el citado océano y la segunda a nivel mundial.

También resulta singular la babosa marina hallada en Lanzarote y denominada "Elysia manriquei" en honor al artista César Manrique "por la arquitectura y el diseño cromático de su cuerpo", indicó Moro.

Precisamente Moro y Jesús Ortea, de la Universidad española de Oviedo, son dos de los investigadores que forman parte de un equipo hispano-cubano que, desde 2006, realiza el inventario de los moluscos marinos en la península de Guanahacabibes, en Cuba, uno de los lugares más afectados por los ciclones.

Durante este estudio se han registrado 775 especies diferentes de moluscos marinos, casi el 50 por ciento de todas las que viven en Cuba, lo que confirma la importancia de esta región geográfica "como un punto caliente de la diversidad marina", afirmó Moro.

También es relevante por el carácter "bidireccional" de las corrientes costeras de la región y como área de emisión de larvas planctónicas que pueden permitir la recuperación de zonas del Golfo de México y del Caribe afectadas por cualquier tipo de catástrofe.

Gracias a ese inventario continuado, las 40 especies nuevas dadas a conocer en marzo de 2008 han alcanzado ya la cifra de 54, todas ellas descritas en revistas especializadas.

Fuente: EFE