Hidroterapia, una
alternativa para la rehabilitación y curación
El empleo de agua como agente terapéutico puede acortar los
tiempos de rehabilitación física y ofrece múltiples beneficios a sus pacientes,
ya que facilita la movilidad, la flexibilidad y el control postural
El uso del agua para prevenir enfermedades o dolencias y acelerar
los procesos de rehabilitación no es algo nuevo: antiguas civilizaciones como
la griega o la romana ya la conocían y utilizaban. Desde entonces, la
hidroterapia fue desarrollándose y en la actualidad se aplica en diversos
campos, como la rehabilitación ortopédica, reumatológica, neurológica y
deportiva.
"En el agua se aceleran notablemente los tiempos de
rehabilitación, ya que se ven facilitadas la movilidad, la flexibilidad
general, el control postural y además se manifiesta en los pacientes una sensación
de bienestar", explicó Miriam Weinberg, directora de rehabilitación del
centro para adultos mayores Hirsch.
La especialista explicó que la clave es que el agua "no presenta riesgos
de caídas y golpes", lo que "brinda más confianza al paciente".
"El hecho de estar en el medio acuático hace que el peso corporal
disminuya notablemente y los movimientos sean más lentos y controlados, por lo
cual pueden corregirse o mejorarse vicios posturales y lograrse la
relajación", precisó.
"Para rehabilitación física los
ejercicios deben ser guiados por un terapista físico o kinesiólogo dentro de
una pileta, a temperatura controlada", detalló Weinberg y agregó que los
beneficios que se obtienen "son múltiples".
"Trabajar en piscinas terapéuticas conlleva importantes beneficios sobre
la circulación, ya que la presión hidrostática -determinante de la fuerza de
flotación- genera cambios significativos sobre la circulación periférica, la
función cardíaca y la respiratoria", explicó.
La especialista detalló que en el agua también se hace más sencillo mantener el
equilibrio, desarrollar "propiocepción" (sentido que informa al
organismo de la posición en el espacio) y coordinar movimientos, lo que
"actúa sobre la confianza del paciente en rehabilitación".
Respecto a los usos de la hidroterapia, Weinberg detalló que se aplica en una
gran variedad de patologías y aclaró que debe diferenciarse la hidroterapia o
rehabilitación en agua, que tiene un "efecto terapéutico" y un
"objetivo determinado", del `aquagym` o gimnasia acuática, que se
trata de "actividad física recreativa".
"La hidroterapia se realiza en forma complementaria dentro de los
programas de rehabilitación integral, que son desarrollados en forma
personalizada para cada paciente", puntualizó y agregó que este tipo de
tratamiento beneficia a "pacientes con lesiones medulares, secuelas de ACV
(hemiplejías), neurológicas y de politraumas".
También es beneficiosa para "pacientes con cuadros de artrosis o artritis
severas y postquirúrgicos de cadera o rodilla", sostuvo Weinberg, y aclaró
que como todo tratamiento médico, la hidroterapia "también tiene
contraindicaciones".
"Algunas contraindicaciones son absolutas, como cuando se presentan
procesos infecciosos e inflamatorios agudos, heridas abiertas, lesiones cutáneas
contagiosas o trombosis vascular, y otras relativas, como las patologías
cardíacas, vasculares y respiratorias severas", detalló.
Weinberg subrayó que "todos los pacientes deben tener una evaluación
médica previa" para determinar su estado general y plantear los objetivos
de la terapia.
"Podemos decir que la hidroterapia es una opción terapéutica válida, ya
que brinda a los pacientes la posibilidad de moverse o caminar en el agua en
situaciones en las que no podrían sin la ayuda de la flotación, lo que genera
un grado de satisfacción que los impulsa a continuar el arduo camino de la
rehabilitación física", concluyó.
Fuente: Telam