Los entrenamientos de Newell’s en Bella Vista sufrieron una elocuente metamorfosis con la llegada del extravagante Ricardo Caruso Lombardi a la dirección técnica rojinegra. Las puertas del predio de la zona oeste de Rosario, casi siempre cerradas durante el ciclo de Pomelo Marini como DT, se abrieron de par en par desde el primer día de trabajo de Caruso; es más, el nuevo entrenador no tuvo dramas este martes para desarrollar la charla con los futbolistas a pocos metros de los cronistas, sin cuidarse de no ser escuchado por los indiscretos oídos periodísticos. En fin, metodologías distintas de trabajo persiguiendo siempre el mismo objetivo.
Por lo pronto, Lombardi ordenó un entrenamiento futbolístico en una de las canchas de Bella Vista y repartió pecheras negras y celestes diferenciando dos formaciones. Por un lado: Villar; Machuca – el pibe del sub 17 -, Schiavi, Ré y el uruguayo Peralta; Sperdutti, Bernardello, Villagra y Lucero; Da Silva y Cobelli. Por el otro, Gutiérrez; Aguilar, Mainguyague, Zapata y Ansaldi; Pablo Pérez, Scaglia, Donnet y Leandro Torres; Steinert y Da Silva.
De esta distribución de jugadores en dos equipos, se pueden tejer algunas elucubraciones, intentando interpretar los primeros signos arrojados por Caruso a propósito de su idea para enfrentar el domingo a Boca. Por ejemplo, Ré ya no será utilizado como lateral y se ubicará como defensor central junto a Rolando Schiavi, mientras que Aguilar y Yonny Peralta arrancan bien posicionados como posibles laterales en una última línea de cuatro bien definida. Lombardi conoce muy bien a estos dos marcadores de punta; al primero lo tiene visto del ascenso, en Chacarita, y al uruguayo lo pidió para llevarlo a Tigre hace un año.
En mitad de cancha, el DT comenzó probando con Bernardello y Donnet por el centro, con Husain descartado por lesión y Zapata fuera de forma física. A propósito de Pepi, cuando Caruso dijo en conferencia de prensa que necesita “jugadores que estén a full” y que los que no lo estén “se sentarán a tomar café” con él pero no jugarán, la referencia pudo tener como destinatario al maltrecho volante. Por el carril derecho, en el primer entrenamiento de fútbol hubo un jugador que le arrancó sucesivas sonrisas y halagos a Caruso: fue el Chino Leandro Torres, que a fuerza de gambetas y atrevimiento sumó algunos porotos para ser titular el domingo. En el andarivel izquierdo todo está más confuso, aunque en el primer ensayo el DT ubicó a Lucero en esa posición y el Negro respondió bien.
En ataque las variantes no son muchas, como ya se sabe. Caruso formó dos parejas de delanteros en el inicio de la práctica: con pecheras celestes actuaron Da Silva y el juvenil Juan Manuel Cobelli, con negras lo hicieron Steinert y Salcedo. De todas formas, es probable que Steinert – Da Silva sea el dueto de atacantes ante el Xeneize.
Una vez finalizada la práctica, Lombardi apeló a su carácter extrovertido y a su desatada labia para levantar el ánimo de su tropa. Muy cerca de los cronistas presentes y a viva voz, Caruso espetó conceptos tales como: “Estamos en una situación muy crítica, pero si tumbamos a Boca y a Independiente esto queda totalmente revertido”. O esta otra: “Lo único que les pido es que no bajen los brazos. Por ahí, algunos van a bajar a tercera o cuarta si no andan bien, pero tienen que seguir matándose para volver a jugar en primera. Al único jugador que yo no tengo en cuenta, es a aquel que me baja los brazos”. Caruso dixit.

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