Luciano tiene nueve años y hace cinco que juega al fútbol en el club del barrio, el Deportivo Rosario, ubicado en Benito Juárez y Santiago. Después de un año de haber disfrutado de éxitos deportivos tras ganar la institución el primer premio de la Liga en su zona y haber participado en algunos torneos de verano, el niño no fue convocado por los directores técnicos para el torneo estival que cada año, en febrero, organiza el club.

Su padre, Miguel Nistal, alertado por la situación se dirigió a la institución para averiguar por qué su hijo no había recibido la llamada tan esperada y la respuesta obtenida de parte de los directores técnicos fue inesperada. “Me dijeron que mi hijo estaba gordo, que no estaba en forma y que ellos temían por su salud”, aseguró Nistal a Rosario3.com. Además, remarcó que le manifestaron que la comisión directiva exigía “resultados”, por lo que ellos debían subir las exigencias a los jugadores.

Luciano, de acuerdo a los ojos paternos, es un niño “normal, con unos kilos de más en la panza porque está creciendo” y nunca tuvo problemas por su peso. “Está muy mal porque quiere jugar y no entiende. Sus compañeritos tampoco, y me preguntan a mí por qué no está en el equipo si siempre jugó bien”, manifestó el padre. Sin embargo, para él la verdadera razón es que el club tomó dos nuevos jugadores y el equipo está excedido de integrantes.

“Esto es discriminación porque mi hijo no tiene ningún tipo de contraindicación médica para jugar. La comisión directiva no sabía sobre esto, por lo que pienso que se trata de una decisión de los técnicos y si ellos quieren buenos resultados, no entiendo por qué lo sacan a Luciano que el año pasado ayudó al club a ganar el torneo”, concluyó su papá.