Un equipo de investigadores de un consorcio formado por varios centros de investigación australianos ha realizado con éxito el primer implante de un prototipo inicial de ojo biónico, que cuenta con 24 electrodos.

El implante fue realizado a una mujer de 54 años que había perdido la visión porque padece retinitis pigmentaria. Con su nuevo ojo biónico, la paciente ya puede ver destellos y formas, lo que supone un gran logro y una confirmación de la eficacia de este método, según los creadores del dispositivo.

Ashworth sufrió una pérdida de visión profunda porque padeceretinitis pigmentaria, un trastorno de origen genético y carácter degenerativo, que se caracteriza por una degeneración progresiva de la estructura del ojo sensible a la luz, la retina, que poco a poco va perdiendo las principales células que la forman, los conos y los bastones.

La paciente ha recibido lo que ella denomina un implante de “ojo pre-biónico”, que le permite tener algo de visión. Ashworth se prestó voluntaria al experimento del implante porque es una apasionada de la tecnología y porque quería hacer una contribución al programa de investigación sobre el ojo biónico, informa The Royal Victorian Eye and Ear Hospital en un comunicado.

Tras años de planificación y de arduo trabajo, el implante le fue realizado a la paciente en el Bionics Institute, mientras los investigadores responsables del dispositivo contenían la respiración en una sala adyacente, en la que observaron la operación por vídeo.

“No sabía que esperar pero, de repente, podía ver un pequeño destello… fue maravilloso. Cada vez que había un nuevo estímulo, aparecían nuevas formas ante mi ojo”, señala Ashworth.

La doctora Penny Allen, una cirujana especializada, fue la encargada de dirigir al equipo quirúrgico de The Royal Victorian Eye and Ear Hospital responsable del implante de este prototipo.

Según ella: “Esto es una primicia mundial, hemos implantado un dispositivo en su lugar en la parte posterior de la retina, demostrando así la viabilidad de nuestro método”.

El implante sólo fue activado y estimulado después de que el ojo se hubiera recuperado completamente de los efectos de la cirugía. El siguiente paso del proceso implicó probar varios niveles de estimulación eléctrica con Ashworth.

Anthony Burkitt, director de Bionic Vision Australia afirma que: “El resultado obtenido es un ejemplo importante de lo que un equipo multidisciplinar puede conseguir. La financiación del Gobierno australiano ha resultado clave en la consecución de este avance. El Bionics Institute y los cirujanos del Centre for Eye Research Australia también han jugado un papel esencial en este logro”.

The Royal Victorian Eye and Ear Hospital alberga el Centre for Eye Research Australia que, como el resto de organizaciones mencionadas, forma parte del consorcio australiano que investiga en el “ojo biónico”.

Fuente: Tendencias 21