Desde el gobierno provincial destacaron la respuesta de la policía que este domingo de clásico logró contener los disturbios que se produjeron en el campo de juego tras la derrota de Newell's, cuando un grupo de hinchas intentó agredir a los jugadores de Rosario Central que esperaban por la manga para acceder al vestuario. Diego Maio, director de Coordinación de Seguridad en Espectáculos Deportivos de Santa Fe, dijo que hay material fílmico que permitirá identificar a los agresores.

“Si no estaba la policía hubiera sido un desastre”, observó Maio en contacto con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2. El funcionario destacó que los uniformados actuaron según el protocolo, “en el tiempo y la medida justa” y sostuvo que si se cometió una exceso, será la Justicia la que deba tomar cartas en el asunto. Una mujer había interrumpió la rueda de prensa del entrenador Paolo Montero para denunciar el accionar de las fuerzas de seguridad contra la gente.

De acuerdo a la reconstrucción de Maio, concluido el partido –algunos segundos antes de lo estipulado por los proyectiles que arrojaban desde las butacas–, el momento de mayor tensión se registró en la tribuna sur baja.

Un grupo de personas se robó la manga, explicó Maio, y agredió al personal de club que intentó recuperarla e inflarla para permitir la salida de los jugadores canallas. Les pegaban, precisó el funcionario, detrás de las rejas con los caños de las banderas.

“La idea de que no se ponga la manga era agredir a los jugadores”, señaló.

Luego, continuó, dos hombres de la barra brava invadieron el campo de juego por la puerta 2. Los escuderos contuvieron la situación todo lo que pudieron, pero para cuando llegaron los agentes “había unas 200 personas que intentaban ingresar al campo de juego”.

“Los jugadores estaban ahí”, recordó Maio. Fue entonces que se aceleró el desalojo de la tribuna sur.

“Si no estaba la policía hubiera sido un desastre, no se me ocurre otra palabra –enfatizó–. Hablaríamos de consecuencias mucho mayores. Tenemos 3 mil, 4 mil personas enojadas con un objetivo común y no hay policía que alcance”.

La secuencia quedó registrada en las cámaras de videovigilancia del club y de las seis que dispuso el Ministerio de Seguridad. Ahora se trabaja para identificar a los agresores. “Pasarán a formar parte de las personas que no tienen por qué ir a ver un partido –enfatizó– entendemos la pasión, defendemos la pasión, nos identifica como rosarinos pero como sociedad hay que madurar en algunas cosas”.