La oración de los viernes en la Explanada de las Mezquitas ha degenerado en disturbios, después de que musulmanes que protestaban por las obras cerca de ese lugar santo lanzaran piedras a agentes israelíes, que respondieron con gases lacrimógenos para evacuar la zona.

La Policía ha entrado dentro mismo de la Explanada después de que desde la Mezquita de Al Aksa, una de las dos que se elevan en el recinto, se les lanzaran piedras.

Los disturbios empezaron cuando terminó la oración, a la que pudieron asistir sólo 6.000 personas, muchas menos de las decenas de miles que tienen cabida en el lugar, debido a que la Explanada está cerrada estos días a los varones menores de 45 años.

El portavoz de la policía Mickey Roisenfeld indicó que "inmediatamente después de la oración empezaron los disturbios y la Policía se vio obligada a atacar con gases lacrimógenos y granadas de estruendo".

Pero aseguró que "no se está utilizando munición liviana", contrariamente a lo que han informado algunos medios según los cuales la Policía está disparando balas de goma.

Todavía hay decenas de personas atrincheradas dentro de la Mezquita de Al Aksa.

Afuera, jóvenes que no pudieron entrar en la Explanada siguieron una plegaria en la calle y también allí los participantes acabaron atacando a la policía con botellas y piedras.

La Policía está haciendo llamamientos a la calma por megafonía.

Según la radio pública israelí, cinco palestinos han sido detenidos y uno ha resultado herido; entre los policías hay un herido leve.