La caravana de autos, camiones y colectivos pasó por el peaje de la autopista Rosario-Buenos Aires y siguió su camino a pesar de que la densa neblina y el humo de una fábrica de ladrillos formaban una capa que reducía totalmente la visibilidad. Pocos minutos después de las 6 del jueves, por esos factores, se desató el choque múltiple (16 camiones, tres micros de pasajeros y nueve automóviles implicados) que dejó tres muertos y más de 40 heridos.
Una de esas víctimas fatales fue el chofer de un colectivo de Chevalier, Jorge Humberto Cameli, de 48 años. Por eso, sus compañeros decidieron en una asamblea que improvisaron este jueves a la noche dirigirse al peaje de la empresa Vial 3 en General Lagos para manifestar su indignación, no sólo por este hecho sino por el histórico desmanejo de la vía. Hecho que concretaron pasadas las 23.15.
“Vamos a ver si así hacen algo porque esto del humo no es nuevo, cualquiera que pase por ahí sabe cómo es, y en el peaje nunca avisan ni del humo ni por la niebla”, aseguró Marcelo Estévez, delegado de los choferes de Chevallier a Rosario3.com. “Además, no es sólo esa fábrica el problema, el estado de las rutas es deplorable”, agregó y explicó que son habituales en esa ruta los accidentes, las maniobras bruscas por objetos caídos o por la quema de pastizales.
"Vamos a cortar la ruta ambas manos hasta que se acerque alguien a darnos una explicación", señaló, aunque aclaró que la idea no era pasar la noche en el lugar.
De hecho, un informe que Telenoche realizó hace tres meses y reprodujo este jueves ya daba cuenta sobre los escasos controles sobre la vía y la falta de herramientas de la concesionaria para dar respuestas a la emergencia (después del múltiple choque tardaron horas en reaccionar).
Todo eso, más la muerte de Cameli, quien era velado en Villa Constitución, hizo que los trabajadores del transporte de pasajeros explotaran en busca de una respuesta.
Respuesta que busca tanto la Justicia en manos del juez Horacio Benvenutto, quien estuvo en el lugar del hecho y citó a declarar al responsable del horno de ladrillos, al funcionario de la Municipalidad de Arroyo Seco encargado de controlar el funcionamiento de la fábrica y también al encargado del peaje de General Lagos; como desde la Defensoría del Pueblo de la Nación, cuyo titular incluyó entre los responsables al órgano de control estatal Occovi.