El caso de Vicki Walker es, posiblemente, uno de los más insólitos en cuanto a su despido. La mujer fue despedida hace dos años de su empresa, ProCare, en Nueva Zelanda, porque sólo usaba letras mayúsculas en los correo electrónicos que enviaba a sus compañeros.

Esta contable neozelandesa estuvo dos años trabajando en la empresa y luego de otros dos la Dirección General de Relaciones Laborales de su país le dio la razón. Consideró el despido improcedente y la mujer deberá recibir una indemnización de 12 mil euros.

Vicki Walker empleaba con frecuencia las mayúsculas, pero también negritas y el color rojo, así como diferentes tipos de familias, para escribir sus correos. Ese hábito generó molestia en la firma "ya que podía ser señal de violencia, confrontación para la empresa, mal trato para sus compañeros" y la compañía decidió que esa forma de escribir los correos a sus compañeros era más que merecedora de despido.