Diferentes desórdenes metabólicos incluidos dentro del llamado síndrome metabólico, tales como diabetes tipo 2, resistencia insulínica, enfermedad cardiovascular e hipertensión arterial, han alcanzado carácter de epidemia mundial. Una forma de prevenirlos, e incluso mejorarlos, es la dieta. Dentro de ésta, una alternativa podría ser la semilla de chía (Salvia hispanica L), pequeña semilla con una alta concentración de ácido alfa-linolénico que investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet están probando en ratones, con buenos resultados.

Yolanda Lombardo, de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL, explicó que con su grupo de investigación comprobaron el efecto beneficioso que producía la sustitución parcial de la grasa dietaria por semilla de chía. “Utilizamos ratas genéticamente normales expuestas a sedentarismo y a un cambio nutricional, a través del consumo de una dieta rica en sacarosa, con el fin de que desarrollen dislipidemia, moderada hiperglucemia, resistencia insulínica, esteatosis hepática y adiposidad visceral, todas alteraciones bioquímicas-metabólicas semejantes a las presentes en el Síndrome Metabólico del humano”, sostuvo la investigadora del Laboratorio de Enfermedades Metabólicas Relacionadas con la Nutrición del Departamento de Ciencias Biológicas.

Lombardo contó que el estudio duró seis meses, período en el cual evaluaron el peso corporal, los niveles plasmáticos de colesterol total, colesterol de la fracción HDL, triglicéridos, glucemia e insulina, entre otros parámetros. Los roedores fueron separados en dos grupos: uno control, compuesto por 20 animales que recibieron una dieta control, y otro experimental de 40 ratas alimentadas con una dieta rica en sacarosa.

“Luego de tres meses de dietas, el grupo experimental fue subdividido al azar en dos grupos de 20 animales cada uno. Un subgrupo continuó con la misma dieta hasta alcanzar los seis meses de ingesta. Al otro, se le reemplazó parcialmente la fuente grasa por semilla de chía. Mientras tanto, el grupo control continuó con la dieta control durante el mismo período experimental”, detalló.

Según acotó, los resultados fueron buenos, porque se demostró que la sustitución parcial de la fuente grasa dietaria por semilla de chía redujo los niveles de colesterol, triglicéridos y glucemia plasmáticos mejorando la dislipidemia, la resistencia insulínica, la esteatosis hepática y disminuyó el índice de masa del tejido adiposo visceral.

La investigadora afirmó que el resultado beneficioso de estos estudios reside en la gran cantidad de ácido alfa-linolénico (ALA) que posee la chía: “Existe un consenso bastante generalizado, avalado por estudios a nivel experimental y humano, del efecto beneficioso de los ácidos grasos poliinsaturados n-3 de origen marino (eicosapentaenoico o EPA y docosahexaenoico o DHA), que protegen de los síntomas adversos del Síndrome Metabólico. A la vez, el ácido alfa-linolénico de origen vegetal, precursor de los ácidos grasos n-3 de cadena larga de origen marino, puede ser convertido a EPA y en menor proporción en DHA en humanos. Es por ello que un consumo elevado de ácido alfa-linolénico se asocia con una reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular”, argumentó.

En este sentido, la chía es una gran promesa, porque es una de las fuentes botánicas más ricas en ácido alfa-linolénico. “Contiene alrededor del 64 % del total de lípidos como ácido alfa-linolénico. Además es muy rica en fibras, proteínas, minerales, antioxidantes y no posee gluten”, resaltó.

Fuente: UNL