Un estudio publicado por la revista “New England Journal of Medicine” demuestra que "no es necesario el sufrimiento durante el proceso de parto, gracias a que la inyección epidural no provoca cesáreas como se había pensado y ayuda en el control del dolor, las náuseas y los vómitos".

Hasta ahora, los médicos creían que la aplicación de la inyección epidural al comienzo del parto aumentaba las posibilidades de tener que recurrir a una cesárea en madres primerizas.

Sin embargo, este nuevo estudio echa por tierra esta creencia y da buenas nuevas a las madres primerizas, que podrían ahorrarse horas de dolor.

La epidural, que en Estados Unidos utilizan tres de cada cinco mujeres, es una inyección que se administra mediante un catéter muy delgado en el fluido que rodea la médula espinal y que anestesia el área abdominal, los genitales y la pelvis.

El Colegio de Ginecólogos de Estados Unidos recomienda que, siempre que sea posible, se demore la administración del medicamento hasta que la dilatación cervical no llegue a 4 o incluso 5 centímetros.

Esta recomendación se fundamenta en estudios anteriores que encontraron una relación entre la aplicación temprana de la anestesia y un aumento en el número de cesáreas.

Pero los investigadores de la Universidad Northwestern, en Chicago (Illinois), pusieron en entredicho estos argumentos tras estudiar los partos de cerca de 750 primerizas con dilataciones cervicales de menos de cuatro centímetros.

Los médicos a menudo optan por inyectar calmantes en los músculos o en vena en lugar de la epidural, preocupados por la posibilidad de que la epidural dé lugar a cesáreas y bajo la sospecha de que ralentiza las contracciones y deja a las mujeres demasiado débiles para empujar.

Sin embargo, estos métodos alternativos fuerzan a las mujeres a sufrir horas de agonía que podrían ahorrarse. La epidural ayuda, además de a controlar mejor el dolor, a reducir las náuseas y los vómitos, según la investigación.

El estudio muestra que las mujeres que reciben inyecciones dilatan más rápido y dan a luz a sus bebés una hora y media antes que las que reciben tratamientos contra el dolor en los músculos o en vena.

Por si esto no fuera suficiente, el estudio también indica que la salud de los bebés justo después de nacer es mejor en el caso de las madres que han recibido la epidural tempranamente.

Cynthia Wong, profesora de anestesiología y directora del estudio, cree que estos descubrimientos podrían impulsar un cambio entre la comunidad médica y deshacer los miedos en torno a la epidural.

En opinión de Wong, muchas mujeres se sienten culpables si piden que se les aplique demasiado pronto.

"La conclusión es que si eres una madre primeriza, estás sufriendo y necesitas la medicina, no estás incrementando los riesgos de sufrir una cesárea", dijo Wong.

Una opinión que algunos expertos tomaron con reservas ya que, según señalaron, no todos los hospitales ofrecen las anestesias combinadas necesarias.

Otros críticos indicaron que los tratamientos epidurales pueden estar compuestos de medicamentos diferentes a los que se utilizaron en el estudio, por lo que las conclusiones de esta investigación se aplicarían solamente a determinados compuestos.

Los científicos de Northwestern dividieron a las mujeres en dos grupos para elaborar esta investigación.

Cuando las participantes pidieron anestesia por primera vez, se las asignó, al azar, o bien la analgesia epidural o la anestesia sistémica (con un compuesto similar a la morfina).

Wong y sus colegas encontraron que la tasa de nacimientos por cesárea no fue significativamente diferente en los dos grupos: 18 por ciento para las que tuvieron anestesia epidural comparado con el 21 por ciento para las que recibieron anestesia sistémica.


Fuente: EFE