El sobrepeso y la obesidad en la adultez son factores que aumentan significativamente el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, su efecto sobre el envejecimiento y la calidad de vida en los ancianos no es tan claro.

En un ensayo del que participaron 17.065 mujeres mayores de 70 años, incluidas en el Estudio de Salud de las Enfermeras (The Nurses’ Health Study). Ninguna había presentado enfermedades crónicas relevantes en la adultez y todas las pacientes brindaron información sobre sus antecedentes de enfermedades crónicas, cognición y salud mental.

Los investigadores de Harvard (Estados Unidos) observaron que el índice de masa corporal (IMC) elevado al inicio del estudio (cuando la edad mediana de las participantes era de 50 años) se asociaba a menor probabilidad de tener mejor calidad de vida en la ancianidad. Además, las mujeres obesas (con un IMC mayor de 30) tendrían un 79% menos de posibilidades de tener lo que los autores llamaron una “supervivencia saludable”.

Por otro lado, los investigadores señalaron que existiría una relación inversamente proporcional entre el aumento de peso entre los 18 años y la mitad de la vida, y la posibilidad de tener una vida saludable luego de los 70 años. De acuerdo con este estudio, las mujeres con sobrepeso a los 18 años y que aumentaron más de nueve kilos durante la adultez tendrían peor pronóstico.

En conclusión, en este ensayo se demostró la importancia a largo plazo de mantener un peso saludable y sin grandes variaciones desde el inicio de la adultez.

Fuente: Medicina Geriátrica