Virginia Giacosa

Las puertas del teatro La Manzana (San Juan 1950) se abren. Los coches quedan en el patio. Los padres entran con los bebés, los más pequeños van en brazos y los que ya pasaron el año caminan de la mano. Los que entran primero tienen la suerte de sentarse en el suelo, justo en el borde de esa alfombra suave por la que transcurrirá la historia de "Ito, el gusanito", la única obra rosarina pensada para bebés de entre 0 a 3 años.

"Confíen en sus hijos. Ellos van a saber recibir esta historia", dice la directora Carla Rodriguez. Y con esa invitación no queda otra que dejarse llevar y entregar a los más chiquitos para que fluyan con libertad.

El sonido de los pajaritos y los grillos, que se oye de fondo, se mezcla con las risas de los chicos, el murmullo de los padres y el balbuceo de los bebés mientras se acomodan en el lugar. De a poco aparecen las actrices, que además de manipular objetos, son las narradoras de este cuento que tiene a Ito como protagonista.

El relato, pequeño y grande al mismo tiempo, cuenta lo que le sucede a este gusanito que después de alojarse en un capullo se convierte en mariposa y al final remonta vuelo. Pero la historia se puede pensar también como metáfora de crecimiento o de evolución de esos niños que hasta no hace mucho estaban ovillados calentitos dentro de la panza de mamá.

Todos los objetos, desde el árbol hasta el gusanito, están tejidos al crochet y se mueven en escena con esa lentitud artesanal de esos tejidos propios de las abuelas. Ese tempo paciente y familiar, es una de las varias cosas que logra que los niños se deslicen por los rinconces de esta obra como por su propia casa.

Las titiriteras acunan a Ito, le cantan el arrorró –la canción más conocida que puedan oír los pequeños presentes– y lo envuelven en una seda que antes sobrevuela y acaricia el rostro de padres y niños sentados en el suelo.

"Tres días y tres noches, tres noches y tres días" se toma Ito para volver a aparecer. Un grillo, un caracol, una hormiguita viajera, una vaquita de San Antonio y una abeja, los bichos amigos del jardín, se embarcan en la búsqueda del gusanito con la ayuda de las narradoras que lo llaman a toda voz: "Ito, Itoooooooo, Iiiiiiiiito". Mientras los ojos de los mini espectadores se abren grandes y redondos de asombro.

El gusanito, al que nadie podía ver, dormía dentro del capullo que colgaba de un árbol. Después de ese sueño aparece convertido en mariposa dispuesto a volar para descubrir el mundo. Es ahí cuando el jardín se convierte en una fiesta.

Los niños se meten en la alfombra, bailan, se revuelcan y sobre todo tocan: experimentan con las diferentes texturas disponibles. Abrazan las nubes de felpa, las sacuden hasta hacer sonar los cascabeles escondidos en esa redondez, acarician las tiritas de lluvia que cuelgan de algunos nubarrones. Ypor primera vez, entran y salen encantados de un arco iris, hecho como "Ito, el gusanito", a su justa medida.

Ficha técnica

Título: Ito el gusanito

Funciones: sábados de agosto a las 17. Teatro La Manzana, San Juan 1950. 

Grupo: Vamos que nos vamos. 

Actúan: Laura Carassai y Yanina Gaggino en reemplazo de Soledad Galván. 

Dirección: Carla Rodriguez / Co-dirección: Teo Solari 

Música original: Esteban Sesso. 

Entradas anticipadas: Ludoteca del Shopping del Siglo