Maricel Bargeri

La muerte de un músico no necesariamente se traduce en olvido. Su legado pervive en distintos formatos: libros, discos, fotos, anécdotas, peregrinaciones, tributos y hasta lanzamientos post morten. Es más, recientemente el empeño de la tecnología hizo que Tupac Shankur y Freddie Mercury cantaran “en vivo” en distintos escenarios, aunque una vez apagado el “proyector” se acabó el artificio. Pero hay artistas que van más allá, desafían a la muerte y se piensan en presente. Dicho de otro modo: ¿Quién puede discutir que Gardel “cada día canta mejor” o que Elvis “vive”?

John Mc Inerny es un cantante-guitarrista-arquitecto de 42 años que, antes de protagonizar la película “El último Elvis”, repartía su tiempo entre los shows, los proyectos y las clases en la universidad. Para él Tupelo y La Plata no están más a que una diagonal de distancia. Esa ruta lo trae junto a su banda este viernes a Rosario para presentar “Elvis Vive”, en el teatro El Círculo, desde las 21:30. “En el show recreamos al Elvis de todas las épocas pero con el sonido –instrumentos y equipos- de los ’70, con las vestimentas que usaban tanto él como sus músicos”, explica Mc Inerny en la charla telefónica con rosario3.com.

La vasta discografía de Presley, que comenzó en 1954 y terminó en 1978, trasforma cualquier setlist en, cuanto menos, una epopeya. El listado de “Elvis Vive” promete clásicos, pero también grabaciones que no hacen otros “tributistas” –como se define John-, e incluso temas propios del Big E platense. “Tenemos canciones que incluimos en los discos y también hay planes de editar dos más el año que viene: uno con covers y el otro con temas nuestros.” Los álbumes hasta la fecha son: “Breaking Hearts” (2007), “The Last Month” y “Elvis vive en la voz de John Mc Inerny” (2009) y la banda de sonido homónima de la película (2011).

Algo más que la pelvis

“No soy una copia ni pretendo serlo. Elvis es único”, sentencia Mc Inerny. “Yo no hago el típico tributo tratando de copiar sus movimientos, de que el jopo no se mueva. Para mí, el primer el primer concepto fue la música, comprender sus letras, saber lo que estoy cantando. Sé en qué momento Elvis cantó ese tema. Todo eso para mí es lo principal”.

Lograr que la admiración por el arte de El Rey y el respeto cuajen fue el punto de partida para alcanzar el “sonido y la estética” de “Elvis Vive”. “El hecho de que tengamos los trajes y los instrumentos es algo que el público sí se merece, porque es un show, la gente paga su entrada y, además de la música tiene que haber una apuesta. Pero no soy Elvis personaje”, advierte el también pianista.

La repercusión del film de Armando Bo (nieto) y, sobre todo, su particular caracterización de Mr. Dynamite le habilitaron a John nuevos escenarios. “Hace siete años que venimos girando con este show y partir de la película ha resurgido un montón. Estamos casi todos los fines de semana tocando”, apunta en plural Mc Inenry para referirse a sus músicos: Rodolfo Corbetta, en piano y teclados; Mauro Ruiz en guitarra; Eugenio Cortázar en bajo y contrabajo: Agustín Cáceres en batería; Alejandra Colman y Ayelén Isaía en coros.

Al ser consultado sobre los puntos en común con Carlos Gutiérrez –personaje principal de “El último Elvis”– y los límites que éste decide cruzar en la ficción, John responde: “Nunca se me confundieron los papeles. Lo que tenemos en común con él (Carlos) es la pasión por Elvis y un grupo que recrea su música.” Aunque confiesa que más de un espectador se le acercó para espetarle un “¿Me firma Presley?”. “Soy muy respetuoso de la gente, es tan amable conmigo que no tengo más que agradecimiento.”

De La Plata a Graceland

Siempre hay una primera vez en todo. “A Graceland -residencia museo de Presley- fui de muy pibe. Tenía 15 años. Era enero del 83 y nevaba. Todo era como Elvis lo había dejado. Estaba solo recorriendo la casa. No había nada del disneylandia que es hoy, con más de 80 mil personas que van cada 16 de agosto".

También recuerda la primera placa que se compró por su cuenta:”Fue «Aloha from Hawaii», un álbum doble. Esto era a finales de los ’70, cuando acá no había nada y de Elvis casi no se hablaba. Había muy pocos discos dando vueltas y todo era importación o pedirle a alguien que viajara que te trajera algo.” El músico, que heredó la pasión por Memphis Flash de su padre, acumula un número cercano a “la bocha” de discos.

Mc Inerny, aficionado al jazz y la música country, no duda en asegurar que si no fuera por Elvis “hoy no sé qué estaríamos escuchando.” La frase remite a uno de los parlamentos de Carlos Gutiérrez en el citado filme. En la escena, que se desarrolla en una fiesta de dobles, se acerca un notable Iggy Pop para contarle su mal momento laboral y reconocer, en cambio, la popularidad de Presley. La respuesta fue tajante: “Yo inventé el rock and roll. Nunca dejé de estar de moda.”