Quienes viven cerca de la presa del Ludueña aseguran que ya es una costumbre entre algunos propietarios de camionetas 4 x 4 y cuatriciclos trasladar su deporte favorito de la playa a Rosario, cuando regresan de las vacaciones. Por eso, ante la falta de dunas o elevaciones naturales del terreno que les permitan trepar y escalar con sus vehículos, optan por la presa del Ludueña, una obra de infraestructura vital que permite retardar el curso del agua y evitar inundaciones en la ciudad.

Según testimonios que recogió José María Peña, fiscal de Cámara de la provincia, en época de lluvias escasas y a modo de juego, cuando la presa se encuentra casi seca, jóvenes y adultos, a bordo de estos vehículos deportivos, se desplazan a velocidad por los paredones de la presa conformados en base a tierra compactada, provocando desmoronamientos en algunos sectores.

Peña ordenó a la fiscalía de Primera Instancia, a cargo de Graciela Argüelles, que solicitara al juzgado de Instrucción en turno una investigación de los hechos para saber si estas prácticas por parte de conductores irresponsables, causó daños en la presa del Ludueña que pudieran perjudicar su funcionamiento.

“En principio, no habría perjuicio –explica Peña a Rosario3.com–, según lo que me informó la fiscal Argüelles, la presa no está dañada por esa causa, pero de todos modos voy a propiciar que se continúe la investigación para conocer la identidad de las personas que desarrollan estas actividades, sin medir sus consecuencias para la ciudad”, advirtió el fiscal.

Por su parte, el subdirector de Hidráulica de la Municipalidad, Alfredo Manavella, admitió que los taludes de la presa están debilitados, pero no puede asegurar que esto sea consecuencia de las prácticas denunciadas. “La presa hoy está funcionando bien, aclara el funcionario, pero lo que complica la situación es el volumen de agua que supera todas las estimaciones”.