Al igual que hizo con José Alperovich en su reciente visita a Tucumán, durante su paso de este viernes por Rufino –donde inauguró un tramo de la ruta nacional 7 que demandó 63 millones de pesos– Néstor Kirchner también se metió en la campaña de la provincia y dejó en claro que su candidato a la gobernación en las elecciones de septiembre no es otro que el ex canciller Rafael Bielsa. Pese a que “salvó” al candidato socialista Hermes Binner de una silbatina y lo alabó por considerarlo “un verdadero ejemplo democrático”, el presidente no utilizó indirectas esta vez a la hora de plantear sus preferencias sobre quién sucederá a Jorge Obeid. “Con todo el respeto a Hermes, yo quiero que sea Rafael”, aseguró a la hora de hablar hipotéticamente de quién inauguraría la obra una vez que todos sus tramos estén terminados.

Sobre la obra que fue excusa para su visita a Santa Fe, Kirchner planteó: “Me gustaría inaugurarla a mí pero la va a inaugurar Cristina”, en alusión a la candidatura de su mujer a sucederlo en la presidencia. “Y con todo el respeto a Hermes, yo quiero que sea con Rafael”, sostuvo. El ex canciller agradeció la gentileza con una sonrisa de triunfo que las cámaras presentes registraron en detalle.

Y por si quedaban dudas, más tarde volvió a aludir a su candidato. “Que Rafael haga un gran gobierno en la provincia de Santa Fe”, le deseó al postulante a la gobernación por el Frente para la Victoria. “Pero lo deberá conversar con Cristina porque yo me voy en diciembre”, insistió.

De todos modos, en su discurso Kirchner no maltrató a Binner, a quien calificó de “verdadero ejemplo democrático”. Planteó: “Podemos tener ideas y conceptos diferentes, pero Argentina necesita que sepamos convivir. El pueblo de Santa Fe y Rufino dan un verdadero ejemplo. Lo tenemos que hacer en todo el país”. “Es importante que quienes representan pueblos sepan comprender que pasa por saber por construir mejor una idea y no destruirnos entre nosotros”, sostuvo.

“Esta obra no tiene contenido electoral sino de gobernabilidad”, planteó Kirchner en una parte de su discurso. Aclaración que no aportó demasiado, después de todos los gestos desplegados desde el atril.

Una ruta reconstruida

Kirchner inauguró las obras de reconstrucción de un tramo de la ruta nacional número 7, que demandaron una inversión de 63 millones de pesos. En el acto también se inauguró un tramo de 11 kilómetros de la ruta 7, entre las localidades Diego de Alvear y Aarón Castellanos, en el departamento General López de la provincia de Santa Fe.

En abril de 1999, esa parte de la ruta quedó destruida por el desborde de las aguas de la laguna La Picasa. La obra, llevada adelante por la constructora Homaq, logró reflotar un tramo de 10 kilómetros del corredor que une la Capital Federal con la provincia de Mendoza, con una inversión final cercana a los 63 millones de pesos, informaron fuentes de la empresa.

La construcción, financiada en forma íntegra por el gobierno nacional, parte en dos la laguna, que en los últimos diez años creció de 2.500 hectáreas a alrededor de 20.000, debido al aumento del régimen de lluvias en la zona y en las provincias de Córdoba y Santa Fe.

El restablecimiento de la traza, suplida hasta el viernes 15 de junio pasado por un camino alternativo de tierra de 35 kilómetros que bordea la laguna, beneficia a los pobladores del noroeste de la provincia de Buenos Aires y el sur de Córdoba y Santa Fe.

La ruta 7, con un recorrido este-oeste, atraviesa cuatro distritos –Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza– y a través del túnel Cristo Redentor une a la Argentina con Chile, el principal paso comercial de camiones entre ambos países y el resto del Mercosur.

La nueva capa asfáltica contruida a la altura de La Picasa está dos metros por encima del nivel actual de las aguas y está asentada sobre un espaldón de piedra de 113.351 metros cúbicos, recubiertos con 111.713 metros cúbicos de cemento de secado rápido.

La obra de rehabilitación se extiende entre los kilómetros 380 y 390,50 de la ruta nacional número 7. Entre 1998 y 1999, a raíz del fenómeno meteorológico de "El Niño", la laguna La Picasa, un espejo de agua ubicado al sudoeste de la provincia de Santa Fe, vio incrementada su superficie en varias veces el tamaño que había tenido hasta ese momento.

En abril de 1999, ante el avance inexorable de las aguas, se abandonaron las tareas de contención llevadas a cabo en torno de la ruta y el tránsito quedó totalmente interrumpido.

En el año 2000, las aguas incluso llegaron a estar dos metros por encima de la ruta original. Ante este panorama, quien transitaba hacia o desde Buenos Aires por la ruta 7 y quería seguir haciéndolo sobre asfalto, debía realizar un desvío por las ciudades de Junín, Venado Tuerto y Rufino.