El presidente Néstor Kircher llegó este lunes a la tarde al aeropuerto internacional de Asunción para una visita de dos días en la que anunciará una importante quita en la deuda del Paraguay por la represa binacional Yacyretá y nuevas inversiones para terminar con esas obras.

El presidente viajó acompañado por los ministros de Planificación Federal, Julio de Vido; de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana; de Salud, Ginés González García; y de Justicia, Alberto Iribarne, y por el senador José Pampuro, entre otros.

En medios paraguayos se especula que la condonación de la deuda podría alcanzar entre un 30 y un 40 por ciento de los aproximadamente 10 mil millones de dólares que Paraguay adeuda al ente binacional, que administra el proyecto hidroeléctrico, en concepto de atrasos, tanto en inversiones comprometidas como en obras.

En la comitiva argentina no se detalló el monto exacto de la quita pero se confirmó que "habrá una condonación relevante" como gesto hacia el presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos y como señal de apoyo a la obra de infraestructura energética.

La condonación parcial ya había sido prometida tiempo atrás por el gobierno argentino cuando las autoridades paraguayas habían solicitado un perdón total. La deuda de la EBY, acumulada en casi 30 años, forma parte, a su vez, de un monto del orden aproximado al diez por ciento de la deuda externa argentina.

El Gobierno argentino está interesado en que la represa, a fines de 2008, produzca el 25 por ciento de la energía que consume el país -ahora produce el 14 por ciento- para así acercarse a la meta de cubrir con producción propia las necesidades energéticas. Además, se discutirá el plan de finalización de la obra, estructura organizacional del ente binacional, comercialización de la energía eléctrica de Yacyretá y adecuación al protocolo ambiental de Kyoto.

Para alcanzar la meta de producción, la represa debe elevar su cota de los 76 metros actuales a 83 y para ello debe contar con la central Aña Cuá, cuya licitación se suspendió por pedido del gobierno paraguayo.

Originalmente, Aña Cuá implicaba una inversión de 160 millones de dólares pero el costo trepó a 420 millones de dólares y esto motivó que Duarte Frutos pidiera suspender la licitación internacional en la que pugnaba, entre otras empresas, el grupo argentino Pescarmona asociado a la constructora paraguaya Delgado.

Desde el Ente Binacional se indicó que el diferendo por la licitación "está resuelto" y que en breve se volverá a convocar a los oferentes a la puja para obtener el contrato. De todas maneras, la construcción de Aña Cuá puede implicar una cierta demora adicional en la obra principal y en la elevación de la cota, según algunos estudios técnicos.