Los delegados de la Federación Agraria Argentina (FAA) decidieron en Rosario este viernes a la tarde no adherir al paro ganadero convocada por las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Al menos esa fue la postura orgánica, porque uno de los 14 dsitritos, Entre Ríos, sí se sumará a la medida de fuerza que se inicia este sábado. 

La reunión de los 14 delegados de todo el país que se llevó a cabo en la sede local, marcó un quiebre con el gobierno nacional aunque no llegó al límite adherirse al plan de lucha de CRA ya que, como explicó el vicepresidente de la FAA, Pablo Orsolini, "el paro no nos incluye y ni siquiera fuimos consultados, el conflicto es mucho más amplio que con el sector ganadero". 

Entre el cambio de postura con el gobierno nacional, hasta aquí la FAA tenía una buena relación con la gestión kirchnerista, anunciaron que el 31 de julio pondrán en marcha un plan de lucha con manifestaciones en todo el país. Ese día, realizarán una asamblea en el Banco Nación de Villa Ocampo y desde allí protestarán para mejorar la situación de todo el sector agropecuario.

El documento de la asamblea

La Federación Agraria Argentina tiene justificadas críticas a la actual gestión del gobierno nacional en cuanto a las inquietudes y expectativas de su gente. En torno a este último aspecto, quedó en evidencia el creciente malestar existente entre los productores, y la inquietud de que los problemas más inmediatos impidan ver el contexto global, donde los riesgos se proyectan en el corto, mediano y largo plazo.

A partir de esta evaluación, se decidió advertir a las autoridades del país sobre dicho estado de ánimo del sector, originado en la ausencia de una política nacional distinta con fuerte acento en las necesidades sociales de los chacareros y de los pueblos del interior. Podría resumirse esto en la necesidad de una agricultura con agricultores. Es decir, no dominada por grandes corporaciones económicas que, mediante el poder que concentran, se apropian de la renta agraria, excluyen a los auténticos productores y poco o nada aportan el desarrollo del interior nacional.
 
Frente a esta realidad injusta el consejo directivo central anticipó que iniciará un proceso de movilización por otra política agropecuaria, el que tendrá variadas formas, a partir del próximo 31 de julio con un enérgico reclamo frente a distintas sucursales del Banco de la Nación, por el irresuelto problema de endeudamiento de los productores. 
 
Se apuntó durante las deliberaciones que es evidente que el gobierno ha definido, en estos tres años, no intervenir en los temas estructurales. Puntualizando: no existe una Junta Nacional de Granos u organismo de similar función, continúa la regresividad impositiva, no existe una ley de arrendamientos que regule este aspecto tan extendido en la actualidad; el plan ganadero nacional sigue siendo un enunciado incompleto a la hora de resolver las demandas de los pequeños y medianos productores; en la cuestión lechera sigue siendo una necesidad contar con un marco regulatorio y esto no aparece como una definición del gobierno; no existe una segmentación de la políticas sectoriales que estimule a los productores de menor escala, y continúa la ausencia de un fondo especial para el desarrollo de las economías regionales, entre otras aspectos de un largo listado de cuestiones pendientes.
 
Por ello, evaluando esta realidad, la conducción central federada resolvió luego de un extenso y profundo debate respaldar sus demandas con movilizaciones que tendrán inicio el próximo lunes 31 de julio, y continuarán en etapas sucesivas.
 
La Federación Agraria Argentina comprende a los productores que fueron perjudicados por el cierre de las exportaciones de carnes y que se expresan en estos días, a la vez que reafirma su voluntad de profundizar un proceso de acciones gremiales para llevar a la opinión pública las demandas de miles de familias agrarias que siguen luchando por un modo de vida, por un interior próspero y un país más justo.