A pesar de la enfermedad que alejó a Fidel Castro del gobierno, la normalidad era la tónica dominante en Cuba este martes, según un informe de la agencia EFE. Mientras tanto, en Miami –donde residen muchos cubanos en disidencia con el régimen castrista– desde que se conoció la noticia el clima que se vivió fue de festejo.

 

Fidel Castro debió realizarse una opera ción por una crisis gastrointestinal severa y por eso se vio obligado a delegar el poder, por primera vez en 50 años. Provisionalmente, su hermano Raúl queda a cargo de la presidencia. La información que estremeció a la isla de oriente a occidente, y que conmovió al mundo entero, igual fue tomada con cautela por la población.

 

La tranquilidad que se vivía en las calles de La Habana contrastó notablemente con el júbilo y las manifestaciones que se vieron en Miami promovidas por los grupos de cubanos que viven en el exilio y se oponen al régimen de Castro

 

En Cuba había poca gente en las calles, los vecinos juegan al dominó en las puertas de sus casas como cada día y la normalidad cotidiana reinana desde las primeras horas de la madrugada en la capital de la isla.

 

Los cubanos se enteraron de la noticia a primeras horas de la noche a través de un comunicado, al parecer elaborado por el propio Castro, y leído por su jefe de despacho, Carlos Valenciaga, ante las cámaras de la televisión local.

 

El texto, firmado por Castro, informaba que había sufrido una operación por una crisis intestinal aguda con sangrado que le obligaba a mantener reposo durante varias semanas, por lo que delegaba sus funciones al frente del Consejo de Estado, la Secretaría del Partido y las Fuerzas Armadas en su hermano Raúl, su sucesor legal. Y hasta se mencionaba el esfuerzo por su último viaje a la Argentina , donde el presidente Néstor Kirchner lo incomodó por el reclamo para que permitiera salir de Cuba a la médica Hilda Molina, como una de las causas.

 

Apenas unos segundos después, las líneas de teléfono de la isla se colapsaron por las llamadas entre cubanos de dentro y de fuera del país para comentar la noticia.

 

Los canales de la televisión cubana, que repitieron varias veces la lectura del comunicado, recuperaron después su programación habitual y emitieron la telenovela prevista en esa franja horaria.

 

Los cubanos no habían visto nunca delegar funciones a Fidel Castro, que presumía de tener una salud de hierro a punto de cumplir 80 años.

 

Esta vez, el líder cubano pidió que se pospongan hasta el 2 de diciembre los festejos programados para la próxima semana por su 80 cumpleaños, el 13 de agosto, para hacerlos coincidir con la conmemoración del 50 aniversario del desembarco del yate Granma, que marcó el inicio de la lucha revolucionaria.

 

En su comunicado, Castro no ha aclaró si asistirá a la Cumbre de los No Alineados, que se celebrará en La Habana entre el 11 y el 17 de septiembre, aunque, consciente de que su posible ausencia podría restar interés a la cita, pidió que se mantenga la mayor atención del Estado para que cuente con "el máximo de brillantez”.