La decisión de la presidente Cristina Kirchner de implementar por decreto una asignación familiar por hijo y el proyecto de reforma política enviado al Congreso, serán motivo de análisis en el último plenario de obispos que desde mañana y hasta el sábado presidirá el cardenal Jorge Bergoglio.

El debate sobre esas iniciativas gubernamentales, reclamadas por la Iglesia, surgirá en un informe que el titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Casaretto, presentará a sus pares.

Tampoco se descarta que los obispos intercambien opiniones sobre el clima de "crispación social", que dicen percibir, por protestas con cortes de rutas y calles, la ola de inseguridad, y los "actos de censura" a la prensa como consecuencia del bloqueo a las distribuidoras de diarios.

Fuentes eclesiásticas consultadas explicaron que la Iglesia acompañó la iniciativa del subsidio a la niñez, por considerarla una "buena respuesta" para equiparar inequidades y para luchar contra la pobreza, aunque reconoció que "hay detalles (de su implementación) que podrán ser corregidos".

El propio Casaretto no rechazó que esa asignación se financie con fondos de los jubilados, pero estimó que la ANSES "sólo debería instrumentar" el programa, al tiempo que insistió en advertir que "lo que hay que evitar es el clientelismo" político.

La Iglesia también demandó una reforma política tras las elecciones de junio pasado, pero no previó -admitieron las fuentes- que podía ponerse en la agenda a través de un proyecto oficial "casi cerrado y con pocas posibilidades de modificar su articulado" con la actual composición de las cámaras legislativas.

Las fuentes estimaron que de este modo hay "pocas chances" de que ambas iniciativas, "necesarias y urgentes", salgan por consenso después un amplio debate en el Congreso, a fin de convertirse en políticas de Estado que trasciendan al gobierno de turno.

Las deliberaciones en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, comenzarán a las 16 con "un intercambio de ideas, inquietudes e iniciativas en relación con la realidad de la Iglesia y del país".

Esa instancia suele derivar en una votación para difundir una declaración al término de las sesiones, aunque esta vez las fuentes estimaron que es "poco probable", aunque en el transcurso de la semana el plenario puede decidir lo contario.
"Ya se habló en noviembre del año pasado, cuando se presentó el documento para el bicentenario. En ese texto está contenido el plan de acción de la Iglesia para los próximos años", explicó un vocero habitual.

Bergoglio presidirá la misa de apertura, prevista para las 19:30, tras la cual unos ochenta obispos analizarán hasta el sábado cuestiones internas del quehacer eclesiástico.
El miércoles 11, los obispos se trasladarán a la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde, a las 17, celebrarán una misa en conmemoración del Año Sacerdotal, junto al corazón "incorrupto" de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars. Esa reliquia del santo llegó al país el pasado viernes y hasta el 26 de noviembre peregrinará por varias diócesis, con el objetivo de promover las vocaciones sacerdotales.

En este sentido, la Guía Eclesiástica Argentina (GEA), de edición reciente por la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), reveló que cayó un 30 por ciento en la última década la cantidad de seminaristas y se agravó la escasez de sacerdotes, con un 4 por ciento menos en el mismo período.

Según el temario difundido por la Oficina de Prensa, el plenario episcopal abordará cuestiones referidas a la tarea del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), que cumple 25 años; evaluará la puesta en práctica de la Misión Continental en las diócesis de la Argentina, programará la próxima Campaña de Sostenimiento Económico de la Iglesia, y preparará el Encuentro Nacional de Archivística Eclesiástica. Además se escucharán informes de las comisiones episcopales de Liturgia, Ministerios, Pastoral Social, Comunicación Social y Cáritas Argentina.