El juez Civil y Comercial Nº 9, Marcelo Bergia, resolvió hacer lugar al amparo presentado por la metalúrgica Gabapel de Granadero Baigorria y ordenó levantar la clausura parcial –sobre el sector pintura– que pesaba en su contra luego que
varios vecinos acusaran a la empresa de contaminar con plomo.
Los vecinos del barrio Santa Rita denunciaron el pasado año la presencia de plomo en sangre y fallas respiratorias en algunos de los niños de la zona. Tiempo después y luego de análisis efectuados en la zona, la Justicia dictaminó que no era así.
Luego de una evaluación mediambiental, el juez Marcelo Bergia descartó el riesgo de contaminación de la empresa Gabapel. Se basó, entre otros, en el informe realizado por un perito industrial a pedido de la Municipalidad, que determinó que sólo una de las pinturas con las cuales trabaja la empresa contienen 20 partes por un millón de plomo, “valor ínfimo desde el punto de vista ambiental”, de acuerdo a lo afirmado en la resolución. Según el mismo dictamen, “no se observan defectos o deficiencias en el procedimiento de pintura utilizado por la empresa en la fabricación de sus productos que puedan derivar en contaminación ambiental con plomo”.
Cabe destacar que entre los estudios realizados, se les efectuó un análisis de sangre a los empleados de la firma, cuyos resultados fueron normales. Por su parte, los vecinos, quienes fueron también convocados por la Municipalidad, de acuerdo al documento presentado, no se hicieron presentes para tomar el test, algo sobre lo cual el juez sostuvo en el fallo: "Esta actitud demuestra a mir criterio que todos los que denunciaron un alto índice de plomo en sangre sabían que estaban mintiendo".
Los vecinos del barrio Santa Rita denunciaron el pasado año la presencia de plomo en sangre y fallas respiratorias en algunos de los niños de la zona. Tiempo después y luego de análisis efectuados en la zona, la Justicia dictaminó que no era así.
Luego de una evaluación mediambiental, el juez Marcelo Bergia descartó el riesgo de contaminación de la empresa Gabapel. Se basó, entre otros, en el informe realizado por un perito industrial a pedido de la Municipalidad, que determinó que sólo una de las pinturas con las cuales trabaja la empresa contienen 20 partes por un millón de plomo, “valor ínfimo desde el punto de vista ambiental”, de acuerdo a lo afirmado en la resolución. Según el mismo dictamen, “no se observan defectos o deficiencias en el procedimiento de pintura utilizado por la empresa en la fabricación de sus productos que puedan derivar en contaminación ambiental con plomo”.
Cabe destacar que entre los estudios realizados, se les efectuó un análisis de sangre a los empleados de la firma, cuyos resultados fueron normales. Por su parte, los vecinos, quienes fueron también convocados por la Municipalidad, de acuerdo al documento presentado, no se hicieron presentes para tomar el test, algo sobre lo cual el juez sostuvo en el fallo: "Esta actitud demuestra a mir criterio que todos los que denunciaron un alto índice de plomo en sangre sabían que estaban mintiendo".


